Un testigo que habla fuerte
“¡Oh, no! Olvidé tomar la leche”. La madre de Joanna detuvo el carrito de las compras en medio del pasillo. “A ver, hija, lleva a Estelita a la parte de en frente del supermercado mientras me voy corriendo a traer la leche. Te veo por donde están las cajas”.
Las niñas se movieron por el pasillo y vieron a una anciana hurgando su cartera, buscando algo. De repente, la cartera de la mujer se resbaló de su mano y salieron volando por todos lados cupones, monedas y otros artículos. Joanna se apresuró para ayudar a recoger las cosas.
“¡Muchas gracias!”, expresó la mujer cuando todas sus pertenencias estaban nuevamente en su sitio. “La mayoría de los jóvenes no se detienen a ayudar a una anciana como yo. ¿Por qué lo hiciste?”
Joanna sabía que esta era una buena oportunidad para contarle a la señora que era cristiana, pero le dio vergüenza. “Ah…. Supongo que es solo porque me gusta ayudar a la gente”, señaló. Luego se alejó rápidamente, empujando el carrito de compras frente a ella.
En seguida, la pequeña Estelita se puso inquieta. Comenzó a cantar su canción favorita, “Cristo me ama”. Cada vez cantaba más fuerte: “Sí, Cristo me ama, ¡la Biblia dice así!”
Joanna observó que las personas las miraban y sonreían, y sintió que su rostro enrojecía. “Silencio, Estelita, ¡no hagas tanto ruido!”, susurró. Pero la pequeña seguía cantando.
La anciana a la que Joanna ayudó se le acercó. “Oí lo que la niña está cantando. ¡Debes ser cristiana!”
“Bueno, este… sí, soy cristiana”, balbuceó Joanna.
La mujer sonrió. “Ya me imaginaba que había algo diferente en ti. Mi vecina también es cristiana y siempre está tratando de hablarme de Jesús. Creo que la próxima vez la voy a escuchar”.
Mientras la anciana se alejaba, Joanna sonrió a su hermanita. “Estelita, ¡eres un amor! Estaba equivocada al quedarme en silencio y no decir que soy cristiana. ¡Me hiciste acuerdo de cuán importante es ser una testigo que habla fuerte de Jesús!” – SHERRY L. KUYT
NO TE AVERGÜENCES DE JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: MARCOS 8:38
PORQUE CUALQUIERA QUE SE AVERGÜENCE DE MÍ Y DE MIS PALABRAS… EL HIJO DEL HOMBRE TAMBIÉN SE AVERGONZARÁ DE ÉL.
¿Te avergüenza que alguien se entere que eres cristiano? Quizá seas un testigo silencioso que trata de mostrar a otros el amor de Jesús por cómo les tratas. Eso está bien, pero no olvides que hablar también es importante. No tengas vergüenza de que otros sepan que le perteneces a Jesús. Tus palabras y tus acciones podrían motivar a que ellos también quieran conocer a Jesús.
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