Un regalo incompleto
“¡Rompecabezas!”, exclamó Camila cuando ella y su hermano abrieron el paquete que acababan de recibir. “La abuela envió uno para cada uno de nosotros”.
“También nos mandó una carta”, señaló Santiago, sosteniendo un sobre en alto. “¡Mira! Está pegado y ella escribió un mensaje aquí. Dice: ‘No abran este sobre hasta que ambos hayan terminado su rompecabezas’”. El niño frunció el ceño. “Me preguntó por qué”.
Camila y Santiago arrojaron las piezas de sus rompecabezas en la mesa de la cocina y empezaron a armarlos. “Me falta una pieza”, comentó el niño cuando finalmente agregó la última pieza que tenía en su rompecabezas”.
“A mí también me falta una”, afirmó Camila. “Hay un agujero en mi rompecabezas. Tal vez se nos cayeron en algún lado”.
Camila buscó por el piso mientras Santiago revisaba el papel de regalo y las cajas, pero no pudieron encontrar las piezas que faltaban.
“¿Crees que esté bien que abramos nuestra carta, a pesar de que los rompecabezas no están terminados del todo?”, preguntó Santiago. Su madre asintió, así que rápidamente abrieron su sobre.
“¿Les falta algo?”, leyó Camila en voz alta. “¡A mí también! Los echo de menos, así que iré a visitarlos la próxima semana. Con amor, su abuela”.
Cuando llegó la abuela, esta entregó a cada uno de los niños una caja pequeña. Al abrir la suya, Camila encontró la pieza que faltaba y una pulsera de cuentas. Santiago recibió su pieza faltante y un llavero. “¡Qué bien!”, expresó la niña. “La próxima vez que armemos nuestros rompecabezas, ya no tendrán agujeros”.
“No, pero sin los agujeros, no olviden que los echo de menos cuando no puedo verlos. Cuando no paso tiempo con ustedes, siento que hay un hoyo en mi corazón”, indicó la abuela antes de abrazar a cada uno de sus nietos. “¿Saben quién más quiere pasar tiempo con ustedes?”
“¿Nuestros amigos?”, preguntó Camila.
La abuela sonrió. “Estoy segura de que es así, pero estaba pensando en Jesús. Él también tiene un mensaje especial para ustedes”.
“¿En serio?”, preguntó Santiago. “¿Qué mensaje?”
“El mensaje que está en Su Palabra, la Biblia”, respondió la anciana. “A pesar de que no podemos ver a Dios, Él quiere que ustedes sepan cuánto los ama y que siempre ha estado ahí para ayudarlos y guiarlos. Pasen tiempo con Él al leer Su Palabra y guardándola en su corazón”. — KAREN H. WHITING
PASA TIEMPO CON JESÚS EN SU PALABRA
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 3:1
NO TE OLVIDES DE MI ENSEÑANZA, Y TU CORAZÓN GUARDE MIS MANDAMIENTOS.
¿Te mantienes en contacto con amigos y parientes que no ves con frecuencia? Cuando los echas de menos, ¿les envías un correo electrónico o un mensaje de texto? Jesús tiene un mensaje muy importante que quiere que leas: Su palabra, la Biblia. Él quiere que sepas cuánto te ama y que siempre puedes confiar en Él. A pesar de que no puedas ver a Jesús, puedes conocerlo mejor al leer el mensaje que escribió para ti.
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