Un pájaro llamado testigo

—Jael, ¿podrías, por favor, llenar el comedero de los pájaros? —le pidió su madre mientras pelaba las patatas para la cena—.  Noté temprano que estaba vacío.

La niña tomó la bolsa de alpiste que estaba debajo del mesón de la cocina y salió al patio.  Mientras vertía el alimento para las aves en el comedero, notó que su madre la observaba.  Cuando Jael volvió a entrar en la casa, mamá siguió mirando por la ventana por varios minutos.

—¿Estás esperando que los pajaritos vengan a comer su cena? —preguntó Jael mientras daba un vistazo al comedero de las aves.

—Bueno, sí, de cierto modo —respondió su madre—.  De hecho, ahora mismo estoy esperando a un pajarito en particular.

—¿A un pajarito?  —preguntó Jael—.  ¡Debe ser especial si toda esa comida es para él!

—Oh, no, estoy esperando que venga toda una bandada —aseguró mamá—.  Pero en este momento estoy observando al pajarito que he llamado Testigo.  ¡Mira!  ¡Ahí viene! —un pequeño gorrión aterrizó en el borde del comedero y enseguida se ocupó en picotear el alpiste.

—¿Ese es Testigo? —preguntó la niña—.  ¡Qué nombre tan gracioso!  ¿Por qué lo llamaste así?

Mamá rio.

—Estos últimos días he notado que solo aparece un pajarito cuando acabo de llenar el comedero.  Come un poquito y se va volando.  Unos momentos más tarde, muchos pajaritos más vienen a comer —la madre se encogió de hombros—.  Me gusta imaginar que este gorrioncito regresa donde están su familia y amigos y les cuenta las buenas nuevas de que han comida aquí.

Jael sonrió.

—Por eso le pusiste el nombre de Testigo.

Mamá asintió.

—Él me recuerda que nosotras también somos testigos.  Tenemos las Buenas Nuevas de Jesús, quien es el Pan de Vida, que murió y resucitó para salvarnos del pecado.  Nosotras, entonces, compartimos esas Buenas Nuevas con los demás a través de nuestras palabras y nuestras vidas —la madre apuntó al gorrioncito que se fue revoloteando—.  ¿Lo ves?  ¡Ahí va!

Jael asintió.  Y después se le ocurrió una idea:

—¿Cómo sabes que es el mismo pajarito el que viene primero todos los días? —preguntó—.  Tal vez sean diferentes pájaros los que vienen.

—¡Nunca lo había pensado! —admitió mamá con una sonrisa—.  No puedo distinguir un gorrión de otro, así que es probable que haya varios pajaritos testigos.

—Al igual que nosotros —afirmó Jael—.  También hay muchas personas que son testigos del amor de Dios.  —  RUTH I. JAY

SÉ TESTIGO DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: HECHOS 1:8 (NTV)

SERÁN MIS TESTIGOS, Y LE HABLARÁN A LA GENTE ACERCA DE MÍ EN TODAS PARTES.

¿Eres un testigo delante de tus amigos y familia?  ¿Saben ellos que Jesús los ama y ha abierto un camino para que ellos puedan tener vida eterna con Él?  Nosotros sabemos de primera mano lo que significa haber sido perdonados de nuestros pecados y tener una nueva vida con Jesús.  Debemos ser Sus testigos para que otras personas puedan conocerlo también.  En la Biblia, Jesús se llama a Sí mismo el Pan de Vida, porque solo Él puede satisfacer nuestra hambre espiritual.  Sé testigo del amor de Dios al contar a otros acerca de Él.

Clave de Hoy
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