Un ojo por un ojo

Danar se quedó en silencio mientras iba de regreso a su casa, después de su primera competencia de pencak silat. Había estado contando los días para la competencia de artes marciales indonesias e incluso ganó el tercer lugar, pero ahora le costaba celebrar.

Su padre lo miró:

—Estás muy callado, hijo —dijo Ayah—. ¿Qué te pasa?

Danar suspiró y después exclamó:

—Renuncié a mi tiempo libre y monté mi bicicleta hasta muy lejos para animar a Budi en su partido de fútbol la semana pasada, y a Ucok en su competencia de matemáticas la semana anterior a esa. Ambos dijeron que vendrían hoy, pero no vinieron. Y tampoco me explicaron por qué —el niño miró su celular, pero no había nuevos mensajes.

—Lamento mucho escucharlo, hijo. Duele cuando las personas no vienen a verte.

Danar cruzó sus brazos.

—Bueno, ¡nunca más iré a animarlos!

Ayah frunció el ceño.

—Hijo, ¿has escuchado el refrán que dice: «Un ojo por un ojo hace que todo el mundo quede ciego»? —Danar negó con la cabeza—. Significa que tratar de vengarte de las personas por las formas en que te hacen daño no es útil para nadie, porque todo el mundo hace cosas hirientes —explicó su padre—. Todos cometemos errores y pecamos en contra de Dios y unos contra otros. Cada uno de nosotros merecería la venganza, porque todos somos culpables —Ayah se dio la vuelta para mirar a su hijo—. Si Jesús hubiera seguido la práctica de un ojo por un ojo, ¿crees que alguno de nosotros sería salvo?

—No —admitió Danar—. Todos merecemos ser castigados por nuestros pecados, pero Jesús tomó el castigo por nosotros. Aprendimos un versículo de eso en la iglesia: «Cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros».

Ayah asintió.

—Y Él nos dice que debemos perdonar a las personas que nos hacen daño.

—Lo sé. Es solo que no entiendo por qué mis amigos ni siquiera se molestaron en decirme que no iban a venir —Danar se veía desalentado.

—¿Por qué no tratas de hablar con ellos? A lo mejor les pasó algo —señaló Ayah.

—Está bien —en ese momento, el celular de Danar sonó—. Ayah, Budi acaba de enviarme un mensaje, ¡Ucok está en el hospital! Tuvo un accidente con la bicicleta cuando regresaba del parque a su casa. Estaba jugando fútbol con Budi… deben haberse olvidado de mi competencia —Danar miró a su padre—. ¿Podemos ir ya al hospital?

—Claro que sí —Ayah cambió de dirección para ir rumbo al hospital.

RUTH SETYADI

NO COBRES VENGANZA

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 5:8 (NVI)

DIOS DEMUESTRA SU AMOR POR NOSOTROS EN ESTO: EN QUE CUANDO TODAVÍA ÉRAMOS PECADORES, CRISTO MURIÓ POR NOSOTROS.

¿Sientes a veces que la gente te trata mal? ¿Quisieras poder vengarte? Parecería que eso fuera lo justo, pero la Biblia nos dice que no busquemos venganza. Más bien, debemos recordar el amor de Dios por nosotros y rendir nuestro deseo de venganza al Señor. Todos somos culpables de pecar en contra de Dios, pero, en lugar de castigarnos por nuestras ofensas, Jesús murió por nosotros. Confía en que Él te ayudará a perdonar a otros cuando te hagan daño.

Clave de Hoy
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