Un nombre que le quede
—¡Mira, allá hay una vaquita de San Antonio! —exclamó Olivia.
Jimena dejó caer su muñeca en el pasto y miró hacia el campo.
—¿Dónde? No veo ninguna vaca… ¡ni tampoco ningún santo! Además de papá, quiero decir —ella sonrió a su padre.
Olivia rio.
—Una vaquita de San Antonio no es una vaca… ni un santo —ella apuntó a una pequeña criatura roja con puntitos negros que subía por el tallo de una planta—. Esa es una vaquita de San Antonio.
Jimena la miró fijamente.
—¡Ese es un insecto! —la niña puso las manos en sus caderas—. ¿Por qué se llama vaquita de San Antonio cuando no es una vaca? ¡Eso no tiene sentido! —ella negó con la cabeza y volvió a tomar su muñeca.
—La mayoría de la gente la llama mariquita —dijo su madre—. Ese nombre le queda mejor, ¿no creen?
—Sí, supongo —admitió Olivia—. Mi maestra la llama vaquita de San Antonio, pero ella se mudó desde Argentina y a veces tienen diferentes nombres para las cosas allá.
—Se me ocurre otro animalito que tiene un nombre que no le queda —opinó mamá—. ¿Qué te mostró tu padre anoche?
—¡Candelillas! —declaró Olivia—. Pero no son candelas, son escarabajos.
—Así es, y también se las conoce como luciérnagas —afirmó mamá—. A veces la gente usa nombres para sí mismos que tampoco quedan con lo que son. Por ejemplo, nos llamamos a nosotros mismos cristianos, pero eso no nos convierte en cristianos.
Jimena inclinó la cabeza.
—¡Pero sí somos cristianos!
—¿Cómo lo sabes? —preguntó su madre—. ¿Decirlo te convierte en cristiana?
—No. Soy cristiana porque Jesús murió por mí y confié en Él para que me salve, ¡y entonces me salvó! —respondió Jimena con confianza.
—¡Ya lo entiendo! —indicó Olivia—. Llamar a este insecto una vaquita de San Antonio no lo convierte en una vaca, y llamar a un escarabajo candelillas no lo convierte en una candela. Así, llamarme a mí misma cristiana no me convierte en una. La única manera en que podemos convertirnos en cristianos es al confiar en Jesús.
Mamá asintió.
—Cuando confiamos en Él como nuestro Salvador, Él perdona nuestros pecados y pone Su Espíritu en nuestros corazones. Así es cómo una persona se hace cristiana.
Jimena se agachó para acercarse a la vaquita de San Antonio.
—¡No soy como tú! —declaró—. Tu nombre es algo que no eres. Pero yo no solo digo que soy cristiana. ¡En realidad lo soy!
TANYA FERDINANDUSZ
CONFÍA EN JESÚS PARA HACERTE CRISTIANO
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 1:12
PERO A TODOS LOS QUE LO RECIBIERON, LES DIO EL DERECHO DE LLEGAR A SER HIJOS DE DIOS.
¿Eres cristiano? ¿Has reconocido que eres pecador y que solo puedes ser salvo a través de Jesús, quien murió por tus pecados y luego resucitó de entre los muertos? Confiar en Él es la única manera en que puedes convertirte en cristiano. No seas un cristiano solo de nombre. Confía en Jesús como tu Salvador hoy mismo. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!