Un nombre para recordar

—¿Puedes decirme cómo se pronuncia tu nombre, por favor? —preguntó la maestra.

Hania sintió como sus mejillas se enrojecieron. Era su primer día en su nueva escuela y ya era suficientemente difícil ser la niña nueva, como para encima más tener que pronunciar constantemente su nombre.

—Eh… —la niña tartamudeó—. Es Ja-ni-a Ya-qui-bous-qui.

—Gracias. Clase, les presento a Hania. Por favor, hagan que se sienta bienvenida hoy.

Cuando llegó a su casa en la tarde, su mamá estaba en la cocina, preparando la cena.

—¿Qué te pareció tu nueva escuela?

Hania suspiró.

—Bien. Es solo que todos los que conozco me piden que pronuncie mi nombre. Quisiera tener un nombre normal, como todos los demás.

—Te entiendo —aseguró mamá—. Pero los nombres son cosas muy especiales. No deberíamos cambiarlos a la ligera.

—¿En qué sentido especiales? —preguntó Hania.

—Bueno —explicó su madre—, ¿sabías que, en la Biblia, Dios le dio a Abraham su nombre como un recordatorio? —la niña negó con la cabeza—. Al principio, su nombre era solamente Abram —le contó mamá—. Pero Dios le prometió que sería el padre de muchas naciones. Como recordatorio de esa promesa, Dios cambió el nombre de Abram a Abraham, que significa «padre de multitudes». Años más tarde, a pesar de que Abraham y Sara eran viejos, tuvieron un bebé llamado Isaac. Dios cumplió la promesa que le dio a Abraham, y a través de sus descendientes, cumplió otra promesa. Cuando Jesús nació, Dios cumplió la promesa de enviar un Salvador para todo el mundo.

La madre sonrió a su hija y agregó:

—Tu nombre también es un recordatorio. Cuando tus tatarabuelos vinieron a este país desde Polonia, no tenían mucho dinero, no sabían nada de español y tenían mucho miedo. Pero fueron valientes, trabajaron mucho y creyeron en la promesa de Jesús que siempre estaría con ellos. ¿Y sabes cuál era el nombre de tu tatarabuela?

—¿Hania?

—Así es —afirmó mamá—. Ella fue la primera Hania Jakubowski. Te pusimos ese nombre en su honor, para que recordemos de dónde viene nuestra familia.

Hania no alcanzaba a imaginar lo difícil que debió ser mudarse a un nuevo país. Si su tatarabuela pudo hacerlo, entonces ella también podría al menos acostumbrarse a su nueva escuela… y sabía que Jesús también estaba con ella.

—Bueno —expresó—. Tal vez Hania Jakubowski no es un nombre tan malo después de todo.

KRISTIN BEAVEN

RECUERDA LAS PROMESAS DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: GENESIS 17:5

Y NO SERÁS LLAMADO MÁS ABRAM; SINO QUE TU NOMBRE SERÁ ABRAHAM; PORQUE YO TE HARÉ PADRE DE MULTITUD DE NACIONES.

¿Tu nombre tiene algún significado especial? Tal vez tus padres te nombraron en honor a alguien, como un recordatorio de lo que esa persona significaba para ellos. Dios les dio nombres especiales a algunas personas en la Biblia para recordarles Sus promesas, ¡promesas que también se aplican a ti! Cuando afrontes momentos difíciles, recuerda que Jesús te conoce por tu nombre y promete que siempre estará contigo.

Clave de Hoy
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