Un giro a la vez
“A la señora Méndez le va a encantar la cena que le estamos llevando”, dijo Simona, abrochándose el cinturón de seguridad y echaba un vistazo a los panes que estaban bajo el paño.
Su madre sonrió. “Yo también lo creo. Debe estar muy ocupada con su nuevo bebé”.
Simona tomó en sus manos el tazón que contenía los panes calientes con firmeza. “Mamá, ¿voy a tener un bebé cuando sea grande?”
“No lo sé, hija”, contestó mamá. “Solo Dios lo sabe”.
“Pero quiero saber. Quiero que Él me lo diga ahora”. Simona miró con tristeza por la ventana, mientras se acercaban a una señal de alto.
“Gire a la derecha en la próxima intersección”, indicó una voz en el teléfono de su madre, y ella siguió las instrucciones.
“¿No pasamos por la biblioteca la última vez que fuimos donde los Méndez?”, preguntó Simona, retorciéndose en su asiento para volver a mirar la intersección. “¿Está mal el mapa de tu teléfono?”
“No. El mapa sabe por donde nos está llevando”, aseguró su mamá. “Los Méndez se mudaron a una nueva casa el mes anterior, ¿recuerdas?”
“Oh, sí, lo olvidé”. Simona se inclinó hacia atrás. “Siempre nos perdíamos antes de que te compraras un teléfono inteligente. Ahora te da las instrucciones para llegar a una dirección cuando lo necesites”.
La madre asintió. “Es parecido a lo que Dios hace. Él dirige cada giro de nuestras vidas, un giro a la vez”.
“Pero yo no lo oigo cuando me da las instrucciones”, señaló Simona. “¿Lo que dices es que Él lo hace a través de la Biblia?”
“Sí, con frecuencia nos guía por medio de la Biblia”, respondió su mamá. “Y a veces utiliza otras cosas para llevarnos por la dirección correcta, por ejemplo, una llamada que nos dice que alguien está en el hospital podría ser la manera en que Dios nos dice que debemos orar por esa persona o ir a visitarla”.
“Gire a la izquierda”, interrumpió la voz.
“Cuando estoy conduciendo, no necesito saber todos los giros de inmediato. Lo único que necesito saber es el siguiente”, explicó la madre. “Tampoco necesitamos saber todos los giros de la vida. Solo debemos recordar que Dios tiene el control de nuestras vidas y nos revelará cada giro en Su tiempo perfecto”.
Simona sonrió mientras las ruedas del automóvil hacían crujir la gravilla al estacionarse. “Ya sé cuál es mi próximo giro: ¡tengo que llevarle estos panes a la señora Méndez!”– LAURA RABORN
CONFÍA EN DIOS PARA EL SIGUIENTE PASO EN TU VIDA
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 6:34
NO SE PREOCUPEN POR EL DÍA DE MAÑANA.
¿Te preguntas qué tipo de trabajo tendrás cuando seas grande? ¿O dónde vas a vivir? ¿O quiénes serán tus amigos? Dios conoce cada detalle de tu futuro, pero tú no tienes que saberlo todo ahora. ¿Qué direcciones tiene Él para ti en este día? ¿Es que ayudes en la iglesia o que apoyes a algún amigo que lo necesita? Confía en que Dios te mostrará qué giros debes tomar, uno por uno.
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