Un chochín entre los gorriones
Lina levantó sus binoculares mientras sus ojos buscaban en la ciénaga alguna señal de movimiento.
—¿Has visto ya algún pájaro, Justino? —le preguntó a su hermano mayor.
—Todavía no —contestó—. Es muy temprano y los pajaritos se están despertando. Tienes que ser paciente para observar aves.
Lina se sentó en un tronco junto a él para ver el amanecer en el lago.
—Y bien, ¿cómo te va en la escuela? —preguntó Justino.
Lina suspiró y frunció el ceño.
—Mis amigos comenzaron a burlarse de una niña. Hacen bromas sobre ella cuando no está. Sé que no debería reírme, así que trato de quedarme callada cuando hablan de esta niña.
—Qué difícil, Lina —Justino miró a la distancia. De repente se sentó derecho—. Mira hacia allá —susurró, apuntando a un arbusto—. Ahí hay un montón de pájaros.
Justino levantó sus binoculares y Lina hizo lo mismo.
—¿Sabes de qué especies son? —le preguntó a su hermana.
Lina entrecerró los ojos para mirar por los lentes y logró divisar pequeñas aves de color marrón que brincaban en el arbusto.
—Sí, todos son gorriones.
—Mira con atención —indicó Justino—. Puedo ver uno, ahí debajo de esa rama, que es diferente.
Los ojos de Lina se iluminaron.
—¡Sí! A pesar de que es un pájaro marrón como los gorriones, está actuando diferente. Mueve su colita de arriba para abajo.
—Tienes razón. Ese no es un gorrión, es un chochín —Justino sonrió—. ¿Eres un chochín, Lina? Te gusta cantar y tienes cabello marrón.
La niña rio.
—¡Por supuesto que no! Soy una persona. No hago lo mismo que un pájaro.
Justino bajó sus binoculares.
—¿Sabes? Estas aves me recuerdan mucho a ti y a tus amigos. Eres cristiana, ¿verdad?
Lina asintió.
—Sí.
—Entonces puedes actuar diferente que tus amigos. Puedes acercarte a esa niña y ayudarle a ver que Jesús la ama, sin importar qué hagan tus amigos.
Lina comprendió y sonrió.
—Así que debo ser el chochín. Debería ser como Jesús y hacer lo correcto, aun cuando nadie más a mi alrededor lo haga.
—Correcto —Justino señaló a los gorriones que brincaban alrededor del chochín, que seguía moviendo su colita de arriba abajo—. ¡Cuando tus amigos vean el amor de Jesús en tu corazón, quizá quieran también actuar diferente! — ABBY CIONA
DEFIENDE LO QUE ES CORRECTO
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 2:5
EL QUE GUARDA SU PALABRA, EN ÉL VERDADERAMENTE SE HA PERFECCIONADO EL AMOR DE DIOS.
¿Has sentido la presión de seguir la corriente a los demás, incluso si lo que están haciendo está mal? Cuando quieras andar con la multitud, recuerda que Jesús cambió tu corazón para que puedas obedecerlo y demostrar a otros Su amor. Él se sacrificó para salvarte y te dará la valentía para hacer sacrificios por otros, para que puedan ver cuando Dios los ama. Confía en que Jesús te ayudará a permanecer firme por Él.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!