Un buen remojo

Ester se sentó a la mesa para cenar y no quiso comer.  Aun los brownies, su postre favorito, no le interesaban.  “¿No tienes hambre?”, preguntó su madre.

Ester negó con la cabeza.  “Comeré un brownie después”, contestó con un aire sombrío. 

Después de la cena, la niña se cargó en silencio la vajilla en la lavadora de platos.  “¿Qué te pasa, hijita?”, le preguntó mamá mientras le pasaba a Ester una olla vacía que tenía que ser lavada.

“¡Es Abigaíl!”, exclamó Ester.  “¡Estoy tan enojada con ella!  Siempre caminamos juntas a casa desde la escuela, pero hoy no salí rápido porque tenía que conversar con la señora Andrade después de la clase, y Abi se fue con otro grupo de amigos”.

“Bueno, quizá ella no sabía dónde estabas y tenía que volver rápido a la casa”, respondió la madre.

“¡Lo dudo!  Creo que ella quería recordarme que tiene muchos amigos y no le importo tanto como para esperarme.  Esta noche la voy a llamar y le diré que no pienso ir a su ridícula fiesta de cumpleaños”.

Mamá observó cómo Ester restregaba la olla donde había cocinado el asado.  “¿Por qué no la dejas remojar en agua con jabón hasta la mañana?”, sugirió.  Así saldrán fácilmente todos esos lugares donde la comida está pegada”.  Luego miró a la niña y agregó: “Creo que también deberías dejar tu ira en remojo.  ¿Qué tal si esperas hasta mañana para decirle a Abi que no vas a su fiesta?  Ora por eso y mira cómo te sientes en la mañana.  Pídele a Jesús que te ayude a manejar la situación como Él lo haría”.  Ester tenía dudas, pero accedió a esperar.

Cuando Ester terminó de lavar la olla del guisado, al día siguiente, sonrió a su madre.  “Tienes razón.  Ahora fue fácil limpiarlo”.

“Qué bueno”, indicó mamá.  “¿Y qué pasó con tu situación con Abi?”

“Bueno, todavía no estoy muy contenta de que ella se haya ido sin mí, pero no creo que solo lo haya hecho para herirme, así que creo que también tenías razón en eso.  Me alegra que no la llamé”.

Su madre asintió.  “Cada vez que te sientas enojada, recuerda esta olla y permite que tu ira se remoje con oraciones a Dios antes que digas cosas que realmente no sientes.  Jesús siempre es paciente y amoroso con nosotros cuando cometemos errores, y Él te ayudará a manejar tus problemas con los demás de la misma manera”.  —  KAREN E. COGAN

REMOJA TU ENOJO EN ORACIÓN

VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 29:11

EL NECIO DA RIENDA SUELTA A SU IRA, PERO EL SABIO LA REPRIME .

¿Qué haces cuando te enojas con alguien?  ¿Estallas y le dices en ira a la persona lo que crees?  La lectura bíblica de hoy dice mucho acerca del enojo.  Nos recuerda cómo aquellos que han sido salvados por Jesús deberían tratar a otros cuando estos nos hacen daño.  Cada vez que te sientas enojo, corre hacia Jesús en oración y busca su guía para manejar el problema.

Clave de Hoy
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