Un buen nombre
—Abuelito, detesto mi nombre —le comentó Edna a su abuelo un día.
—¿Por qué? Yo creo que Edna es un nombre muy lindo —respondió el anciano—. Tu madre te puso ese nombre en honor a tu bisabuela, a la que ella amaba mucho.
—Pero tengo que ir a la escuela con niños que tienen nombres como Sebastián y Jacob. ¡Quisiera tener un nombre que no fuera tan anticuado!
—Muchos bebés reciben nombres antiguos últimamente —le contó su abuelo—. Por ejemplo, el nombre Jacob. Ahora es popular, pero es un nombre muy antiguo. ¿Recuerdas a Jacob en la Biblia?
Edna suspiró.
—Sí, pero de todos modos quisiera tener un nombre diferente. Creo que lo cambiaré algún día. Después de todo, la Biblia dice que se debe elegir un buen nombre más que las riquezas.
Su abuelo sonrió.
—Oh, hijita, ¡ese versículo no habla de cambiar el nombre! Se refiere a lo que la gente piensa de ti cuando escuchan tu nombre y consideran tu carácter. Como ya te lo dije, el nombre Edna le recuerda a tu mamá a una de las personas más dulces que ella conoció. Y cuando la gente que te conoce oye tu nombre, estoy seguro de que piensan en cómo eres como persona. Entonces, ¿eres amigable y bondadosa? ¿Ayudas a otros? ¿O eres egoísta y amargada? Esas son las cosas en las que la gente piensa —Edna solo se encogió de hombros—. Dime —agregó su abuelo—, ¿en qué piensas cuando oyes el nombre Sebastián? ¿O el nombre Jacob?
—¡Cuando escucho «Sebastián», pienso en un niño que molesta a los demás y les dice insultos! —contestó Edna con un poco de enojo—. Cuando oigo el nombre Jacob, pienso en un niño que es muy inteligente. Él me ayuda si me quedo estancada en un problema de matemáticas.
—¡Exactamente! —afirmó el abuelo—. No pensaste en ninguno de ellos como un niño que tiene un nombre popular, ¿o sí? Describiste sus personalidades y en la forma que tratan. Así que confía en que Dios te ayude a vivir de tal manera que, cuando la gente oiga el nombre «Edna», tengan buenos pensamientos. Ya que conoces a Jesús, tienes Su amor en tu corazón y puedes compartirlo con otros en la forma en que los tratas. Entonces tendrás un buen nombre, incluso si es uno que tú no hubieras elegido.
Edna asintió, pensativa.
—Cuando la gente oiga mi nombre, quiero que piensen en Jesús.
SARA L. NELSON
PUEDES TENER UN BUEN NOMBRE
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 22:1
MÁS VALE EL BUEN NOMBRE QUE LAS MUCHAS RIQUEZAS.
¿Qué piensan los demás cuando oyen tu nombre? La lectura bíblica de hoy da dos ejemplos de reacciones muy distintas a un nombre. El nombre de Saulo traía pensamientos de obras malas, mientras que el nombre de Dorcas producía buenos pensamientos. ¿Tu nombre produce buenos o malos pensamientos en otras personas? Confía en que Dios te ayudará a vivir de tal manera que la mención de tu nombre haga que la gente piense en alguien que demuestra el amor de Jesús a otros.
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