Un amigo con quién contar
—¡Elena, espera un minuto!
Al oír que alguien la llamaba justo en el momento en que iba a salir del autobús, Elena hizo una pausa. Renata, una amiga de su escuela que recientemente había comenzado a asistir a su misma iglesia, se le acercó.
—¿Puedes ayudar con la limpieza de otoño este sábado en la iglesia? —le preguntó—. Mi familia se inscribió para ayudar, pero no irá ningún niño que conozco. ¡Sería lindo tener una amiga ahí!
—¿Este sábado? —preguntó Elena—. Eh… creo que mi familia saldrá de la ciudad.
Ella sabía que no era muy probable que sucediera, pero no quería pasar su sábado recogiendo hojas con el rastrillo. Dos días después, Elena entró en la cocina mientras hablaba por teléfono.
—Por favor, Nora —decía—, necesito que alguien me haga la prueba… —la niña hizo una pausa—. ¡Está bien! ¡Adiós!
—¿Qué pasa, hija? —preguntó su madre.
—¡Es Nora! —Elena se dejó caer en una silla—. Pasé dos horas ayudándola a estudiar para su examen de inglés —la niña sostuvo en alto dos dedos—. ¡Dos horas! —repitió—. Pero cuando le pedí que me ayude con mi examen de ciencias, ¿sabes lo que me dijo? «¡Ni loca! ¡Odio las ciencias!» —Elena puso una mala cara—. Se supone que Nora es mi amiga.
—Puedo entender cómo te sientes —afirmó mamá—. Duele cuando entregamos nuestro tiempo y energía para ayudar a una amiga, pero después no nos regresan el favor. Que este sea un recordatorio para que tú también seas una amiga fiel, una amiga como Jesús, quien sacrificó tanto cuando se hizo humano y murió por nuestros pecados, para que podamos ser amigos para siempre. Al igual que Jesús, deberíamos también estar dispuestos a hacer sacrificios en nuestras amistades.
Mientras su madre hablaba, Elena recordó cómo Renata le había pedido que fuera a la limpieza de otoño ese fin de semana. «Renata siempre ha sido una buena amiga conmigo, pero no estuve ahí para apoyarla cuando necesitaba una amiga», pensó Elena. «No estuve dispuesta a sacrificar mi sábado por ella». Elena se levantó.
—Tengo que llamar a Renata —indicó—. Ella me pidió que le ayude con la limpieza de otoño este sábado, en la iglesia, y quiero decirle que sí voy a poder ir.
BETH INGRAM
SÉ UN AMIGO COMO JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 15:13
NADIE TIENE UN AMOR MAYOR QUE ESTE: QUE UNO DÉ SU VIDA POR SUS AMIGOS.
¿Eres un buen amigo para otros, un amigo como Jesús? ¿Estás dispuesto a hacer sacrificios cuando tus amigos te piden ayuda? ¿O te pones en primer lugar a ti mismo y a tus necesidades? Jesús sacrificó Su vida para que podamos ser sus amigos y tengamos vida eterna con Él. El Señor siempre es fiel y está disponible para ayudarte cuando Lo necesites. Como Sus amigos, deberíamos imitar el amor de Jesús en nuestras amistades con los demás. Sé el tipo de amigo que Él es, un amigo con quien se puede contar.
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