Tristeza por el Día de Acción de Gracias
“Gema”, gritó papá. “¿Terminaste tu tarea en línea?”
La niña entró furiosa a la habitación con una mala cara. “¡No, no hice mi ridícula tarea! ¡Y odio mi ridícula clase en línea! ¡Solo quiero renunciar a la escuela para siempre!”
“A ver, a ver, espera”. El padre levantó sus manos para detener a Gema, que seguía marchando hacia adelante. “Me parece que algo más está ocurriendo aquí. ¡Normalmente te encanta la escuela! ¿Quieres conversar sobre esto?”
Gema soltó un suspiro frustrado. “Estoy… estoy triste por el Día de Acción de Gracias”, balbuceó.
“¿Podrías decirlo otra vez?”, preguntó papá. “No te oí”.
“¡Dije que estoy triste por el Día de Acción de Gracias!” Gema estaba casi gritando. “Siempre cuento los días para ir a visitar a los abuelos por el Día de Acción de Gracias, pero este año no podemos ir a causa del coronavirus. ¡Y no puedo sentirme mal por eso, porque hoy Alicia nos contó en clase que su abuela murió de covid-19 y eso es mucho peor!”
El padre se veía preocupado. “¿Quién te dijo que no está bien que te sientas mal?”
“No sé”, admitió Gema. “Solo siento que tener que perderme un Día de Acción de Gracias con mis abuelos no es nada comparado con perder una abuelita”.
“Hija, ¿recuerdas cuando leímos los Salmos el año pasado? ¿Te acuerdas de cómo el autor de muchos de esos salmos estaba triste, así como tú lo estás ahora? El hecho que hayas perdido algo diferente no significa que tus sentimientos de tristeza no sean válidos. A Dios le importan tus pérdidas, y Él nos dice que llevemos nuestro dolor ante Su presencia. Jesús incluso lloró por su angustia la noche antes de morir en la cruz por nuestros pecados. Él estaba triste y llevó Su preocupación delante de Dios Padre”.
Gema se veía sorprendida. “¿En serio? ¿De verdad Dios quiere que yo le diga cuando estoy triste, aun por cosas como los planes para el Día de Acción de Gracias?”
“¡Por supuesto!”, aseguró papá. “Siempre habrá personas que pasen por cosas mejores o peores que nosotros. En vez de comparar nuestras pérdidas con las de otros, deberíamos llevar nuestras preocupaciones y sentimientos delante de Dios, sean cuales sean”.
“¿Y estás seguro de que Dios no se va a enojar conmigo?”, preguntó Gema con indecisión.
Su padre rio. “No, hija. Dios es lo suficientemente grande como para lidiar con tus sentimientos de felicidad o tristeza”. — NAOMI VROEGOP
LLEVA TU DOLOR DELANTE DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 34:18
CERCANO ESTÁ EL SEÑOR A LOS QUEBRANTADOS DE CORAZÓN, Y SALVA A LOS ABATIDOS DE ESPÍRITU.
¿Te has perdido de cosas a causa del covid-19? Quizá tu familia canceló un viaje que habían planeado o un evento que anhelabas fue suspendido. A lo mejor llegaste a pensar que está mal que te sintieras mal por eso porque otras personas están lidiando con situaciones peores. Dios se preocupa por ti y quiere que lleves tus sentimientos difíciles ante Su presencia, para que Él te ayude a sanar. Lleva toda tu tristeza y decepción ante Dios. Él puede con ellos.
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