Sin un guion

Cuando se cerró la cortina al final de la obra de teatro de la escuela, el papá y hermano de Jael se dirigieron atrás del escenario.

—Recordaste todas las líneas perfectamente —expresó su padre, dándole un abrazo.

Jael sonrió.

—Antes que la cortina se levantara al inicio, ¡tenía tanto miedo! No sabía cómo iba a hacerlo sin el guion frente a mí. Pero cuando tuve que empezar a hablar, las palabras me vinieron a la mente.

—¿Qué es un guion? —preguntó el hermanito menor de Jael, Tomás.

—Es una copia de la obra de teatro —explicó Jael—. En mi copia, marqué las palabras que tenía que decir —ella sonrió a una niña que pasó por ahí—. ¡Buen trabajo, Micaela!

—Gracias —murmuró Micaela—. También lo hiciste muy bien, Jael.

Mientras Jael y su familia iban de regreso a su casa, la niña habló.

—¿Recuerdan a Micaela? Ella se ve muy triste últimamente. Siento que debería hablar con ella de eso, pero tengo miedo de decir alguna cosa equivocada —ella miró el guion que tenía en la mano—. Quisiera que existiera un guion para este tipo de cosas.

—Bueno, no eres la única —comentó papá—. Creo que también el apóstol Pablo a veces estaba preocupado por decir algo equivocado.

—¡No puede ser! —exclamó Jael—. ¡Pablo era uno de los mejores predicadores del mundo!

—Pero era humano, igual que tú. Además, tenía una enorme responsabilidad: ayudar a las personas a entender cuánto Dios las ama y lo que Jesús hizo para salvarlas. ¿Sabes qué hizo al respecto?

—Tal vez oró —sugirió Tomás.

—Sí, claro que oró —contestó su padre—. Y también les pidió a sus amigos cristianos que oraran para que Dios pusiera las palabras correctas en su boca.

—¿Así como las palabras correctas me vinieron a la mente con la obra de teatro de hoy?

—Algo así —afirmó papá—. Solo que las palabras que él habló venían de Dios, no de un guion. Puede que sepas las palabras correctas para decirle a Micaela, pero Dios sabe exactamente lo que debes decir, y lo que Micaela necesita oír. Ora por esto y, si crees que Dios quiere que hables con ella, hazlo, y confía en que Él te ayudará. Yo también estaré orando por ti.

HEATHER TEKAVEC

DEJA QUE DIOS TE AYUDE A HABLAR

VERSÍCULO CLAVE: ÉXODO 4:12 (NTV)

¡AHORA VE! YO ESTARÉ CONTIGO CUANDO HABLES Y TE ENSEÑARÉ LO QUE DEBES DECIR.

¿La idea de hablar con otras personas sobre Jesús te asusta? ¿Te preocupa decir algo equivocado o que no te salgan las palabras? Pídele a Dios que te ayude a decir las palabras correctas en el momento indicado, así como les ayudó a Pablo y a Moisés (ve la lectura bíblica de hoy). Confía en que Dios te dará las palabras correctas que necesitas cuando las necesites.

Clave de Hoy
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