Sin burlarse

Estuardo pateó enojado una piedra y la envió volando por la vereda.  Cuando oyó que alguien venía detrás suyo, se dio la vuelta y vio que se trataba de Isaac, uno de sus compañeros de clase.  “¿Estás enojado por algo?”, preguntó Isaac cuando vio lo molesto que se veía Estuardo.  “¿Qué pasa?”

Estuardo suspiró y pateó otra piedra.  “Estoy harto de ser calvo.  Muchos chicos se burlan de mí”.

Isaac frunció.  “Tener leucemia no hace que se te caiga el cabello, ¿o sí?”, preguntó con cautela.  “Eso solo pasa por causa del tratamiento, ¿verdad?”

Estuardo hizo un gesto afirmativo.  “Mi mamá dice que los niños se acostumbrarán a verme así, pero todavía se burlan de mí”.  El niño se mordió el labio, luchando por no demostrar cuánto le dolía que lo molesten.  “Pero tú nunca me fastidias”, le dijo a Isaac.

Isaac se encogió de hombros.  “Para mí te ves bien”, expresó mientras volteaban la esquina hacia la calle donde vivía Estuardo.  “¿Quisieras venir a mi casa para jugar con mis carros de carreras?”

“Claro”, indicó Estuardo.  “Solo tengo que ir a mi casa para pedirle permiso a mi mamá”.

Cuando Estuardo obtuvo el permiso, fueron a la casa de Isaac y los niños platicaban mientras sus carritos iban a toda velocidad por la pista.  “¿Te duele tener leucemia?”, preguntó Isaac.

“Algunas de las pruebas duelen y el tratamiento me hace sentir enfermo”, contestó Estuardo.  “Y, a pesar de que uso una gorra la mayor parte del tiempo, sé que me veo raro con la cabeza calva.  Cuando los niños me fastidian por eso, solo me hace sentir peor”.  El niño detuvo su carro de carreras y miró a Isaac.  “¿Por qué no te burlas como el resto de los niños?”

“Como te dije, para mí te ves bien.  Además, yo…”  Isaac no estaba seguro de qué decir.  Luego decidió ser franco.  “No quiero hacerte sentir mal, porque eso no le gustaría a Jesús”.

“Bueno, entonces me gustaría que los demás niños conocieran más de Jesús”, afirmó Estuardo.  “De hecho, yo tampoco sé mucho de Él”.

“Vamos a la cocina para comer algo y te contaré más acerca de Jesús”, señaló Isaac.  “A lo mejor puedas venir a la iglesia conmigo uno de estos días para que aprendas más sobre Él allá”.

Estuardo sonrió.  “Está bien”, dijo mientras seguía a Isaac a la cocina. – CAROLYN E. YOST

NO HAGAS DAÑO AL BURLARTE DE OTROS

VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 13:4-5 (NTV)

EL AMOR ES PACIENTE Y BONDADOSO. EL AMOR NO ES CELOSO NI FANFARRÓN NI ORGULLOSO NI OFENSIVO.

¿Conoces a alguien cuya apariencia se haya visto afectada por un problema de salud? A lo mejor tiene cicatrices por alguna herida o nació con una discapacidad física.  No le causes más dificultades y dolor al fastidiar o burlarte de esa persona, incluso si los otros niños lo hacen.  Muéstrale a esa persona el amor de Jesús al tratarle con bondad y respeto.  ¡Probablemente termines con una nueva amistad que quiera oír más acerca de Jesús!

Clave de Hoy
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