Siempre está ahí

—Hay tanta nieve —se quejó Juanito al mirar por la ventana del autobús escolar—. Me pregunto si mi mamá podrá lograr encontrarse con el autobús.

Claudio miró a su amigo. A veces la mamá de Juanito lo esperaba cuando el autobús llegaba a su vecindario, pero otras veces no lo hacía.

—Mi abuelo estará ahí —aseguró Claudio.

Juanito asintió.

—Él siempre está ahí.

Cuando el autobús llegó a la primera parada, una niña pequeña comenzó a llorar.

—No veo a mi tía. Se supone que ella tenía que venirme a ver.

—Probablemente le cueste caminar por la profundidad de la nieve —una niña mayor tomó la mano de la pequeña—. Caminaré contigo hasta que la encuentres.

Claudio observó cómo se bajaron del autobús.

—Mi abuelo sabe cómo llegar temprano. Me estará esperando. Confío en él —cada vez que él y su abuelo se mudaron con su abuelo, él se aseguraba de esperarlos todos los días cuando el autobús llegaba a la parada.

El vehículo avanzó y hubo drama en cada parada, porque los niños buscaban a las personas que se supone que los llevarían a casa, pero no estaban. Claudio se relajó nuevamente en su asiento. Su abuelo estaría ahí.

Cuando llegaron a su parada, Claudio vio a su abuelo, que lo esperaba con un enorme trineo.

—¿Ha visto a mi mamá? —preguntó Juanito cuando bajaron del autobús.

—Ella me pidió que te llevara a casa —contestó el abuelo—. No quería sacar a tu hermanita bebé en este clima.

Claudio se subió al trineo con su amigo.

—Te dije que estaría aquí.

Los niños fueron brincando a su casa y Claudio guardó el trineo después que Juanito corriera a su casa, que quedaba en frente.

Adentro, Claudio se sentó junto a su hermano mayor.

—El abuelo siempre está ahí. Nunca cambia. Simplemente está allí. Esperando.

César sonrió.

—Se parece a Jesús, ¿no? —él apuntó una Biblia que estaba en la mesa—. Acabo de leer sobre cómo Jesús es el mismo todos los días. Nunca cambia. Por esa razón, podemos confiar en Él. El Señor nos amó lo suficiente como para morir por nosotros, y siempre estará aquí para nosotros.

—En verdad confío en el abuelo —indicó Claudio—. Cuando alguien está ahí una y otra vez, sabes que harán lo que sea necesario para siempre estar.

César acarició la cabeza de su hermano.

—Te aseguro que Jesús también es así.

EMILY ACKER

JESÚS NUNCA CAMBIA

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 13:8

JESUCRISTO ES EL MISMO AYER Y HOY Y POR LOS SIGLOS.

¿Tienes a alguien en tu vida en quien confíes tanto como Claudio confía en su abuelo? ¿Alguien que siempre está ahí cuando lo necesitas? ¿Alguien que hace lo que dice que hará? Jesús es así. Siempre estará ahí para ti y eso nunca cambiará. Aun las personas confiables podrían decepcionarnos a veces, pero Jesús nunca te fallará. Siempre puedes confiar en Él.

Clave de Hoy
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