Se necesita una marca
Mateo se secó la frente húmeda con la mano.
—¡Qué genial, Selena! —le dijo a su hermana—. ¡Hoy tenemos muchas latas!
Los niños vivían en una ciudad turística y recogían latas y botellas vacías que devolvían en el supermercado local a cambio de dinero.
En la tienda, Mateo y Selena insertaban las latas en ranuras que había en una máquina diseñada para la devolución.
—¡Rayos! Esta lata no sirve —comentó Mateo después de revisar la parte de arriba de una lata que fue rechazada por la máquina—. No tiene la marca que muestra el depósito que se hizo.
Esa noche, Mateo y Selena les contaron a sus padres, emocionados, del dinero que habían ganado al devolver las latas y botellas.
—Pero Mateo trató de meter una lata que no tenía la marca del depósito —bromeó Selena, sonriendo a su hermano.
—¡No es verdad! —exclamó Mateo—. Creo que tú recogiste esa lata.
El día domingo, durante el sermón en la iglesia, Mateo dio un codazo a su hermana cuando el pastor Cruz dijo:
—Todos han visto latas de refresco que tienen una marca que indica cuánto dinero pueden recibir al devolverla. Hace unos días, traté de devolver una lata que no tenía la marca, y la máquina la rechazó.
Después de las risas, el pastor Cruz continuó:
—De cierto modo, el Espíritu Santo de Dios es como esa marca en nuestras vidas. Él no deja una marca que se puede ver físicamente, sino que vive en nuestros corazones y nos guía día a día. Algunas personas creen que ir a la iglesia y portarse bien las llevará al cielo. O que haber nacido en un hogar de padres cristianos eso es lo único que se necesita. Pero a menos que una persona haya recibido la marca de Dios, es decir, Su Espíritu Santo, al confiar en Jesús, será rechazada, al igual que esas latas de refresco que no tenían la marca. Oirán las tristes palabras: «Nunca los conocí» —el pastor Cruz miró a todos en el auditorio—. Les ruego que pongan su confianza en Jesús hoy mismo —indicó—. Entonces recibirán en Espíritu Santo, que nos marca como hijos de Dios. Él es como la garantía que demuestra que nuestros pecados han sido pagados por Jesús y que Le pertenecemos a Él.
GAIL D. BROWN
NECESITAS EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:14 (NVI)
TODOS LOS QUE SON GUIADOS POR EL ESPÍRITU DE DIOS SON HIJOS DE DIOS.
¿Tienes la marca de Dios, es decir, Su Espíritu Santo? Examina con cuidado tu corazón y tu vida. ¿Crees que Jesús murió en tu lugar, tomando el castigo por todas las cosas malas que has hecho? ¿Le has pedido que te perdone? Si has puesto tu fe en Jesús, el Espíritu Santo vive en tu interior. Si no lo has hecho, confía hoy mismo en Jesús y recibe el Espíritu Santo. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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