Quién recibe el crédito
—¡Adivina una cosa, mamá! —gritó Tatiana casi sin aliento, mientras corría por la vereda hacia donde su madre estaba pintando el borde de la ventana de su nueva casa—. ¡Me dieron el papel principal en la obra de teatro de la escuela!
—¡Oh, hija! ¡Qué excelente! —mamá dejó a un lado su brocha y abrazó a su hija.
—Sí —afirmó Tatiana—. Ya era hora de que mis maestros notaran que soy tan buena para actuar. ¡Oh! También recibimos hoy los resultados de nuestras audiciones para la banda. ¡Soy la flauta principal! ¡Lo logré! —la niña se puso a bailar por todos lados—. Y, además, saqué 10 en el examen difícil de matemáticas. ¡Este es el mejor día de mi vida!
—¡Guau, hijita! Qué bien. Pero… —la madre hizo señas para que Tatiana se sentara a su lado en el columpio del porche.
—¿Qué pasó?
—Te está yendo tan bien en matemáticas y tienes mucho talento para la música y el teatro —comentó mamá—. Pero ¿cuánto crédito puedes recibir?
Tatiana se quedó confundida.
—¿Cuánto crédito puedo…? —de repente, su cara dibujó una sonrisa—. ¡Oh, lo siento, mamá! Tú me ayudaste con las líneas para la audición de la obra de teatro y mi papá me tomó la lección de matemáticas. ¡Gracias, gracias, Gracias!
—¡Ya! ¡Está bien! —su madre rio—. No me refería a eso. Piénsalo de este modo: estamos disfrutando de una casa nueva, ¿verdad? Bueno si pudiera hablar, ¿debería presumir de cuán bien construida está y de cuán hermosa es?
—¡Por supuesto que no! —Tatiana rio—. ¡Papá debería recibir el crédito! Él la construyó… bueno, él y los trabajadores de la constructora.
—Entonces, ¿crees que sería ridículo que la casa se alabe a sí mismo por su excelente diseño y estructura, en lugar de darle crédito al constructor? —Tatiana asintió—. Bueno —continuó mamá—, la Biblia dice que somos hechura de Dios. Él nos creó y nos dio los talentos que tenemos, sin embargo, nada de lo que podamos hacer podría compararse con las cosas grandiosas que Él ha hecho, como salvarnos del pecado y cambiar los corazones de las personas. Me parece que Él merece el crédito y la alabanza, no nosotros. ¿Qué piensas?
Tatiana suspiró.
—Tienes razón, mamá. Tengo que darle a Dios el crédito por las cosas que puedo hacer.
LYN JACKSON
GLORÍATE EN EL SEÑOR
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 44:8
EN DIOS NOS HEMOS GLORIADO TODO EL DÍA. POR SIEMPRE ALABAREMOS TU NOMBRE.
¿Le das a Dios crédito por las cosas que puedes hacer? Después de todo, Él te creó y te dio tus talentos y habilidades. La Biblia nos dice que no nos gloriemos (o presumamos) por nada, excepto pro el Señor, porque Él es quien nos creó y envió a Su Hijo, Jesús, para salvarnos al morir en la cruz por nuestros pecados. Todo lo bueno viene de Él. Dale gracias por todo lo que te ha dado, y la próxima vez que sientas ganas de presumir, ¡presume sobre Él!
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