¿Quién está guardando el canguro?

—Te ves triste, Kevin. ¿En qué estás pensando? —mamá terminó de secarse las manos en la toalla de la cocina que tenía en las manos y la volvió a colgar en el gancho.

—Bueno… —el niño tragó en seco—. ¿Recuerdas cómo recibí la salvación en la escuela dominical hace algunos meses? Bueno, ¡creo que ya no soy salvo! Sigo haciendo cosas malas. Te desobedezco todo el tiempo. Le mentí a mi maestra sobre mi tarea. Le dije algo cruel a Justino cuando estábamos jugando videojuegos el otro día. ¡Él dice que voy a perder mi salvación si sigo haciendo todas esas cosas malas!

Su madre se quedó en silencio por un momento y después dijo:

—Vayamos al parque.

Kevin se limpió la nariz con la manga de su suéter y se bajó del sillón. Tomó su golpeado canguro de peluche y se dirigió al parque con su mamá.

—Creo que lo mejor es que dejes a Pepito conmigo —indicó la madre cuando llegaron al parque—. No quieres perderlo en los juegos.

Kevin le entregó de mala gana el canguro a su mamá para que ella lo guardara y se fue corriendo a jugar. Más tarde, en casa, el niño empezó a llorar.

—¡Mamá! ¡No puedo encontrar a Pepito en ningún lado! Creo que lo perdí en el parque. ¡Ahora se ha ido para siempre y nunca más lo volveré a ver!

—No lo perdiste. Yo lo guardé por ti, ¿recuerdas? —ella sacó el canguro de peluche de su cartera y se lo entregó a Kevin.

El niño agarró a Pepito y lo apretujó contra su pecho. ¡Estaba tan feliz porque su amiguito favorito no se había perdido!

—Hijo —expresó mamá—, ¿recuerdas cómo me dijiste que creías haber perdido tu salvación? Esta es una buena ilustración de cómo funciona tu salvación. Cuando confiaste en Jesús como tu Salvador, Él perdonó tus pecados y te dio vida eterna como un hijo de Dios. Eso es la salvación: la promesa de que hemos sido hechos libres del poder del pecado y viviremos con Dios para siempre como Su pueblo. Si tuvieras que guardar tu salvación por ti mismo, la perderías. Pero Jesús no solo te da esa salvación gratuitamente, ¡sino que también es quien la guarda por nosotros! No puedes perder tu salvación porque Jesús la está guardando para ti.

KRISTI VAN WINKLE

JESÚS GUARDA TU SALVACIÓN

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 10:28

YO LES DOY VIDA ETERNA Y JAMÁS PERECERÁN, Y NADIE LAS ARREBATARÁ DE MI MANO.

¿Tienes miedo de perder tu salvación? ¿Te preocupa que, si haces demasiadas cosas malas, no seguirás siendo un cristiano? Tu salvación no está basada en nada que hagas, ¡es un regalo de Dios y jamás tienes preocuparte de perderla! Ahora eres hijo o hija de Dios y nada cambiará eso. Cuando hagas algo malo, el Señor te perdonará y te ayudará a mejorar. Jesús es quien sostiene tu salvación y promete guardarla sana y salva.

Clave de Hoy
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