Plan de escape
—Sara, Liliana, tienen que comenzar a empacar —indicó su madre—. El huracán cambió de rumbo y se dirige hacia acá. Están evacuando todas las islas de barrera.
Sara se puso manos a la obra de un brinco y comenzó a empacar, pero Liliana se puso a llorar.
—¡Tengo miedo!
—Todo va a estar bien, hija —le aseguró mamá—. Estaremos lejos antes que llegue la tormenta. Seguiremos el plan de escape y nos iremos al norte, a la casa de los abuelos.
Una vez que guardaron todo en el automóvil y aseguraron la casa, emprendieron el camino. El tráfico que salía de las islas estaba atrancado por kilómetros. Les tomaría un tiempo llegar al continente y desde ahí faltaban otras cuatro horas para llegar a la casa de los abuelos. Lo bueno era que Liliana y Sara habían empacado muchos juguetes.
Cuando finalmente llegaron, las niñas abrazaron con fuerza a sus abuelos y corrieron al patio trasero para jugar. Se sentía bien estar fuera del automóvil y corretear por todos lados otra vez.
Al día siguiente, cuando el abuelo estaba viendo las noticias, Sara y Liliana vieron el daño que la tormenta estaba causando mientras atravesaba las islas. Después vieron imágenes de personas que eran rescatadas de los techos.
—Pensé que todos tenían que salir de las islas —comentó Sara.
—Se suponía que sí, pero algunos decidieron quedarse —explicó el abuelo.
Liliana frunció el ceño.
—¿Por qué no escaparon cuando tuvieron la oportunidad?
—Algunos probablemente decidieron no hacer caso de las advertencias. Otros probablemente no tenían manera de salir —el abuelo apagó la televisión—. ¿Sabían que hay una situación en la que siempre tenemos la opción de escapar? La Biblia dice que, cada vez que somos tentados a pecar, Dios provee una vía de escape.
—¿Él nos da un plan de escape para salir de la tentación? —preguntó Sara.
El abuelo asintió.
—Tenemos una decisión que tomar cada vez nos veamos tentados a hacer algo que está mal. ¿Elegimos el plan de escape de Dios y usamos el poder que Él no da para decirle no al pecado? ¿O elegimos caer en la tentación y después afrontar las consecuencias de nuestras malas decisiones?
—Bueno, me alegra mucho que mamá y papá nos hayan traído acá, para que estemos sanos y salvos, y lejos del lugar donde tocó tierra el huracán.
—A mí también me alegra —expresó Liliana—. Y la próxima semana esté tentada a hacer algo que sé que está mal, quiero seguir el plan de escape de Dios.
LISA FULLER
DECIDE ESCAPAR DE LA TENTACIÓN
VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 10:13
FIEL ES DIOS, QUE NO PERMITIRÁ QUE USTEDES SEAN TENTADOS MÁS ALLÁ DE LO QUE PUEDEN SOPORTAR, SINO QUE CON LA TENTACIÓN PROVEERÁ TAMBIÉN LA VÍA DE ESCAPE, A FIN DE QUE PUEDAN RESISTIRLA.
¿Alguna vez te has sentido tentado a hacer algo que sabías que estaba mal? Dios siempre provee una vía de escape para nosotros cuando somos tentados a pecar. Si conoces a Jesús como tu Salvador, Él te ha dado el poder para resistir a la tentación y decirle que no al pecado. Confía en que el Señor te mostrará una salida, y recuerda estar dispuesto a seguir Su plan.
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