Piñas
Una enorme nariz echó un soplido de aire a un lado de la cabeza de Torino, y él se dio la vuelta para acariciar la cabeza de la yegua de su abuelo, llamada Luciérnaga, antes de seguir cepillando su brillante pelaje marrón. El niño estaba feliz porque sus abuelos lo habían dejado visitarlos en Wyoming para ayudar con los quehaceres del rancho por un tiempo, después de todo lo que había pasado. A fines de mayo, su abuela se enfermó y tuvo que ir al hospital. Después, un día, cuando el abuelo iba a verla, otro automóvil chocó con el suyo. El abuelo no salió herido, pero el carro quedó totalmente destruido. Esa misma semana, un pino detrás del establo fue alcanzado por un relámpago y se quemó.
Torino terminó de cepillar a Luciérnaga y la envió a los pastizales. Pensó en preguntarle a su abuelo si quería ir a cabalgar más tarde en el día, pero el anciano siempre parecía cansado por cuidar de la abuela, que ahora estaba en casa y en cama, la mayoría del tiempo. El abuelo probablemente quería irse temprano a la cama para no estar cansado en la iglesia, a la mañana siguiente. «No sé cómo pueden seguir confiando en Dios después de todo lo que les ha pasado», pensó Torino.
—¿Podemos ir a caminar? —preguntó un día el abuelo, después de la iglesia.
—Claro —respondió Torino. Mientras pasaban los restos del árbol que se había quemado, Torino apuntó al suelo.
—¡Mira! Algunas de las piñas ni siquiera se ven quemadas.
El abuelo recogió una piña.
—Ese árbol era un pino contorta —le explicó a su nieto—. Este tipo de piña solo se abre cuando está expuesto a una gran cantidad de calor. Un incendio parece algo malo, pero pronto crecerán nuevos árboles por su causa —el abuelo sonrió—. A través de Sus maravillosas obras de arte, Dios asegura que incluso un incendio puede resultar en algo bueno.
—No sabía que Dios había hecho así estas piñas —comentó Torino.
—Pues sí, Dios las creó así —el abuelo le entregó la piña a su nieto—. Ha sido un verano difícil para nosotros. A veces es fácil que nos desanimemos, pero cuando veo estas piñas, me siento consolado. Sé que Dios puede sacar algo bueno de las tan duras pruebas que afrontamos. Él cuida de nosotros, hijo, y jamás dejará que se desperdicie alguna de nuestras experiencias. El Señor puede usar las cosas difíciles que suceden en nuestras vidas para ayudarnos a crecer para que seamos más como Jesús y recordarnos la esperanza y el gozo que tenemos en Él.
LINDA WEDDLE
DIOS CUIDA DE TI
VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 1:2 (NTV)
CUANDO TENGAN QUE ENFRENTAR CUALQUIER TIPO DE PROBLEMAS, CONSIDÉRENLO COMO UN TIEMPO PARA ALEGRARSE MUCHO.
¿Alguna vez has experimentado cosas malas en tu vida? Recuerda que Jesús está aquí para ti. Él se preocupa del bosque, hasta para asegurar de que salga nueva vida después de un incendio, pero se preocupa mucho más por ti. Mira al Señor para buscar en Él consuelo y paz cuando ocurran cosas malas. Y confía en que Él sacará algo bueno de las experiencias difíciles de tu vida.
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