Piedras preciosas (Parte 2)
Zoé disfrutaba mucho al aprender sobre las distintas piedras preciosas que había en la joyería de su tía. “No sabía que las gemas y las joyas podían ser tan interesante”, comentó la niña una noche.
“También yo disfruto cuando aprendo sobre ellas”, afirmó la tía Fátima. Entonces sacó un libro de una repisa. “Creo que te gustará esta lectura. Habla de las diferentes gemas y cómo se las ha utilizado a través de la historia”.
La historia no le parecía tan interesante a Zoé, así que no hizo más preguntas del tema. Pero la tía Fátima siguió hablando de todas maneras. “Este capítulo cuenta cómo las piedras más duras eran usadas para hacer inscripciones, porque no se dañan ni se rompen fácilmente. Eso las hacía muy valiosas. Pero entonces sucedió algo terrible”.
Zoé, que había estado escuchando sin entusiasmo, se sentó derecha. “¿Qué pasó?”
“Debido a que las piedras preciosas eran tan hermosas y valiosas, la gente comenzó a adorarlas”, le contó la tía Fátima.
“¿Las usaban como ídolos?”, preguntó Zoé. Su tía asintió. “Sé que Dios nos dice que no adoremos a los ídolos ni a ninguna otra cosa”, declaró la niña. “Se supone que solo debemos adorarlo a Él”.
“Así es”, indicó la tía Fátima. “Pero aún los cristianos pueden dar demasiado valor a las cosas y ponerlas por delante de Dios, y esa es una forma de idolatría. Debo admitir que a veces yo también confundo las prioridades. Las cosas, como las gemas con las que trabajo, se vuelven demasiado importantes para mí”.
“Pero las gemas no son malas”, opinó Zoé.
“No, pero comparadas con Jesús, no valen nada. Él es quien nos salvó y prometió encargarse de todas nuestras necesidades”. La tía Fátima sonrió a su sobrina. “¿Recuerdas cómo la Biblia describe la ciudad celestial donde viviremos algún día?”
Zoé asintió. “Dice que las calles serán hechas de oro y las puertas de la ciudad serán de perlas”.
“Exactamente”, expresó la tía Fátima. “Y menciona que muchas piedras preciosas formarán los cimientos de los muros de la ciudad, gemas como jaspe, zafiros y amatistas. En el cielo, las personas ni siquiera pensarán en adorar las piedras preciosas y las joyas. Serán usadas para cosas comunes, como calles y muros. Simplemente serán hermosos ladrillos. Eso es porque el pecado habrá desaparecido y estaremos rodeados de la gloria de Dios. No vamos a querer a nada ni nadie más, solo a Él”. — RUTH I. JAY
ADORA SOLAMENTE A DIOS
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 4:10
PORQUE ESCRITO ESTÁ: “AL SEÑOR TU DIOS ADORARÁS, Y SOLO A ÉL SERVIRÁS”.
¿Alguna vez has dado más valor a las cosas, o incluso a las personas, de lo que valoras a Dios? Es poco probable que te hagas un ídolo y te inclines ante él en adoración. Pero si buscas tu valor e identidad en tus amigos, ropa, dinero u otras cosas, en lugar de buscarlos en Jesús, esas cosas se convierten en ídolos. Nada se compara con la salvación y la vida eterna que tienes en Jesús. Adóralo solo a Él.
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