Papá perdonador

Benjamín dobló lentamente una camisa y la metió en su maleta.

—¿Por qué no me puedo quedar aquí contigo?

—Porque tu padre quiere pasar tiempo contigo, Benja —contestó su madre.

Benjamín se sentó en su cama, junto a la maleta abierta.

—Entonces no debió habernos abandonado.

Mamá añadió a la maleta algunos calcetines para su hijo y luego se sentó a su lado.

—Hace no mucho tiempo te encantaba irte de campamento, a pescar y a montar bicicleta con tu papá.  Él todavía quiere hacer esas cosas contigo.  Por eso sacó dos semanas de vacaciones.

—Antes me gustaba pasar tiempo con él… cuando creía que era un buen papá —comentó Benjamín mientras acomodaba un par de bluyines en una esquina de la maleta—.  Ahora ya sé cómo es en verdad.

Su madre suspiró.

—Entiendo que te sientes enojado y herido —afirmó—.  Pero tenemos que confiar en Dios para que nos ayude a perdonar.

—¿Por qué?  ¡Papá ni siquiera está arrepentido!

—Tenemos que perdonarlo porque Dios nos perdonó a nosotros.  ¿Recuerdas cuando robaste dinero de nuestro frasco de monedas el año pasado?

Benjamín bajó su cabeza.  Había robado veinte dólares en monedas de veinticinco centavos para comprar un videojuego que sus padres se negaron a darle.  Y después mintió sobre eso.

—Sí, lo recuerdo.

—Tu papá y yo te perdonamos porque te amamos y sabemos que la gente comete errores.  Robar, mentir y desobedecer a tus padres son pecados en contra de Dios, pero Él también te perdonó.  Jesús tomó el castigo por nuestro pecado cuando murió en la cruz.  Como hemos puesto nuestra confianza en Él, todas nuestras ofensas han sido perdonadas —Mamá sacó los bluyines de la maleta y los dobló bien—.  Y a causa de la misericordia que Dios nos ha mostrado, tenemos que perdonar a otros, aunque nos hayan herido profundamente.

—¿Aun si ni siquiera piden perdón?

—De todas maneras tenemos que estar dispuestos a perdonarlos —respondió su madre—.  Estoy segura de que tu padre está muy arrepentido por hacerte daño, incluso si no te lo ha dicho.  Tal vez puedas conversar con él sobre eso durante tu visita —ella abrazó a Benjamín—.  Ahora terminemos de empacar.  Tu papá llegará pronto.

BONNIE CARR

PERDONA A LOS DEMÁS

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 4:32

SEAN MÁS BIEN AMABLES UNOS CON OTROS, MISERICORDIOSOS, PERDONÁNDOSE UNOS A OTROS, ASÍ COMO TAMBIÉN DIOS LOS PERDONÓ EN CRISTO.

¿Hay alguien a quien tengas que perdonar?  Puede ser difícil y quizá todavía haya problemas que tengan que resolver antes que puedas volver a confiar en esa persona, pero puedes perdonar a otros cuando te hacen daño porque Dios te ha perdonado.  Si confías en Jesús, Él te ha perdonado por cada ofensa que has cometido.  Confía en que el Señor te ayudará a perdonar a los demás.

Clave de Hoy
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