Olas furiosas
—Es tan divertido quedarme aquí contigo en la costa todos los inviernos —comentó Alfonso, mientras él y su abuelo caminaban junto al océano—. ¡Imagina! Mis amigos están usando abrigos, botas y luchando con la nieve allá donde yo vivo, pero yo puedo usar pantalones cortos y sandalias, e irme a nadar.
En algunos jardines por los que pasaban, había amontonadas ramas rotas de árboles y pedazos de edificios.
—Todo ese daño es por el huracán que tuvieron hace poco, ¿verdad? —preguntó Alfonso, y su abuelo asintió. En algunos patios, vieron cómo estaban reparando las casas. Otras se veían vacías—. Debe costar mucho dinero arreglar todas esas casas —comentó el niño.
—Así es, cuesta mucho —afirmó su abuelo—. La mayoría de la gente se prepara para las tormentas, pero algunos desastres, como los huracanes, son demasiado grandes como para poder prepararnos adecuadamente. Eso sucede especialmente si las casas fueron construidas demasiado cerca al océano o si no las construyeron lo suficientemente fuertes. Muchas casas quedaron destruidas por la tormenta, por las furiosas olas que los vientos huracanados formaron.
Cuando llegaron a la orilla, Alfonso se quedó asombrado.
—¡Guau! ¡Las olas están enormes hoy!
El abuelo dijo que sí con la cabeza.
—Sí, pero se ven pequeñas en comparación con las que produjo la tormenta —el anciano hizo una pausa–. Esta mañana leí en mi Biblia sobre otro tipo de ola que puede causar mucha destrucción. Se refería a las personas que son falsos maestros.
—¿En qué se parecen los falsos maestros a las olas? —preguntó Alfonso.
—Las olas furiosas torcieron y cambiaron las cosas en esta playa; causaron grandes daños. Los falsos maestros tuercen y cambian lo que está escrito en la Biblia. Puede que digan cosas como que Jesús no es Dios o que el pecado no es tan grave o que tenemos que hacer algo más que solo confiar en Jesús para tener la salvación. Sus mentiras causan mucho daño en las vidas de las personas que creen en ellos —el abuelo movió su cabeza de lado a lado, mientras veía a su alrededor—. Se necesita tiempo, esfuerzo y dinero para reconstruir después de un huracán, pero solo Dios puede reconstruir la vida de alguien que ha sido arrasado por las falsas enseñanzas.
—Guau —expresó Alfonso—. Entonces, debemos tener cuidado y escuchar solamente a las personas que enseñan exactamente lo que dice la Biblia, ¿verdad?
—Exactamente. Debemos leer y estudiar cuidadosamente la Biblia, y orar para que Jesús nos ayude a entender la verdad de Su Palabra.
LINDA WEDDLE
APRENDE LO QUE DICE LA BIBLIA
VERSÍCULO CLAVE: JUDAS 1:12-13
ESTOS [FALSOS MAESTROS]… SON OLAS FURIOSAS DEL MAR, QUE ARROJAN COMO ESPUMA SU PROPIA VERGÜENZA.
¿Alguna vez has visto las olas golpear contra la orilla? Pueden hacer mucho daño. Los falsos maestros son así. Puede que digan cosas que parecen interesantes o que incluso citen versículos de la Biblia, pero predican sus propias ideas, no la verdad de la Palabra de Dios. El Señor nos ha dado Su verdad en la Biblia. Léela, estúdiala, conversa sobre ella con cristianos en quienes confíes y pídele a Jesús que te ayude a entenderla, para que puedas permanecer firme cuando vengan las falsas enseñanzas.
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