Nuevos anteojos

—Bueno, Erin, parece que necesitarás una nueva prescripción para tus anteojos —le dijo el optómetra, mientras la niña se bajaba de la silla en el consultorio del oftalmólogo.

Erin encontró a su madre en la sala de espera.

—¡Nuevos anteojos otra vez! —anunció.

—Bueno, miremos qué hay en la tienda para ver si encontramos unos marcos que te gusten —sugirió mamá.

Mientras la niña se probaba marcos de diferentes colores y estilos, conversaba con su madre sobre la escuela.

—Siento que me va mal en todo. Tengo dos exámenes mañana y me cuestan mucho esas clases. ¡Mi maestra favorita ha estado enferma toda la semana, y una de mis amigas se rompió el brazo en la clase de educación física! Sé que Dios tiene el control de todo lo que pasa y debería confiar en Él, pero es difícil cuando nada sale bien.

—Siento mucho que te estén pasando tantas cosas al mismo tiempo —mamá puso su mano en el hombro de su hija—. Este mundo es caótico —ella pensó por un momento—. ¿Recuerdas cómo eran las cosas antes de tus primeros anteojos?

—Oh, sí —Erin rio—. Todo se veía borroso y solo podía ver a un par de metros frente a mí.

—La vida puede ser así —aseguró su madre—. El mundo puede sentirse borroso y confuso. ¡Solo imagina lo confundidos que estaban los seguidores de Jesús cuando Él murió en la cruz! Pero Jesús tenía un plan mayor: morir y tomar el castigo por nuestros pecados para darnos nueva vida a través de Su resurrección tres días después. No siempre podemos ver cómo Dios está obrando hoy, pero podemos mantener nuestros ojos enfocados en Jesús y confiar en Él.

Erin lo entendió.

—Es porque Jesús no solo ve el presente. Es como si él viera con antojos diferentes a los nuestros, con los que puede ver todo el mundo, el pasado, el presente y el futuro.

Mamá sonrió.

—¡Exactamente! Y Dios puede usar esas situaciones desafiantes para enseñarnos a confiar en Él. Cuando nuestros planes no funcionan, debemos recordar que el Señor tiene un plan mayor en mente, uno que termina cuando Jesús termina con el pecado y la muerte para siempre. Puede que no entendamos ahora, pero un día veremos cómo Dios obró todo para el bien.

Erin sonrió.

—Entonces, puedo confiar en Jesús y enfocarme en Él, incluso cuando no entienda lo que está pasando —ella abrazó a su madre—. Gracias.

ABBY CIONA

CONFÍA EN EL PLAN DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 11:1 (NVI)

AHORA BIEN, LA FE ES LA GARANTÍA DE LO QUE SE ESPERA, LA CERTEZA DE LO QUE NO SE VE.

¿Te sientes confundido o abrumado? Tal vez estés en problemas con una amistad o un miembro de tu familia tiene complicaciones de salud. A veces las cosas que nos pasan se sienten injustas o duelen mucho. Cuando afrontes momentos difíciles, enfócate en el amor de Jesús y en Su promesa de estar siempre contigo. Recuerda que Él tiene un plan y está obrando todo para tu bien. Confía en Él.

Clave de Hoy
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