¡No pierdas el autobús!
—Zaid, ya está llegando tu autobús —gritó mamá—. ¡No lo vuelvas a perder hoy!
—Ya casi termino, mamá —le respondió Zaid desde su habitación.
—¡Hijo, el autobús está aquí! ¡Apúrate!
—Ya voy, solo tengo que… —Zaid oyó el ruido del motor del autobús que partía sin él. El niño entró arrastrando los pies a la cocina—. Lo siento, mamá —expresó, porque sabía que ella tendría que llevarlo nuevamente a la escuela. Esto significaba que él tendría que ayudar a subir a sus hermanitas y acomodarlas en sus asientos especiales en el automóvil.
Cuando iban de camino a la escuela, su madre le preguntó:
—¿Qué estabas haciendo que te hizo atrasar tanto?
—Tenías muchas cosas para orar —contestó Zaid—. El tío Marcelo perdió su trabajo, la abuela está enferma… y también hay otras cosas.
—Bueno —dijo mamá—. Pero puedes orar en cualquier lugar, en el autobús o mientras caminas a la clase.
—Sé que Jesús me escucha dondequiera que esté —aseguró Zaid—. Pero me gusta orar como lo hace el abuelo… junto a su cama, todas las mañanas. Él me contó que ponerse de rodillas es una forma de demostrar que Jesús es el Rey. ¡Qué genial! —el niño hizo una pausa—. Además, ¡me he dado cuenta de que Jesús responde muy rápido las oraciones del abuelo.
Su madre sonrió.
—Recuerdo que tu abuelo oraba de rodillas cuando era niña —indicó cuando llegaron a la escuela—. Conversemos más sobre esto en la noche.
Durante la cena, Zaid le contó a su padre por qué perdió el autobús en la mañana.
—Hijo, quiero que estés seguro de que Jesús oye tus oraciones que eres Su hijo y te ama, no por el lugar ni la hora en que oras —explicó papá—. Dios se deleita en oír tu voz y responde las oraciones cuando es el tiempo, no porque podamos hacer algo para apurarlo —el padre se apoyó en el espaldar de su silla—. ¿Sabes? Una de mis historias favoritas de la Biblia es sobre un hombre que recibió una respuesta veloz a su oración, a pesar de que no estaba de rodillas. Pedro caminó sobre el agua para acercarse a Jesús, pero cuando miró a otro lado, comenzó a hundirse y a clamar: «¡Señor, sálvame!». Inmediatamente, Jesús lo rescató.
—¡Genial! —dijo Zaid—. Me alegra que podemos orar en cualquier lugar y Jesús nos oye. Pero si comienzo más temprano, ¿todavía puedo orar junto a mi cama antes de la escuela?
—¡Por supuesto que sí! Es bueno que tengas el hábito de orar todos los días —declaró mamá—. ¡Pero no pierdas el autobús!
TERESA AMBORD
PUEDES ORAR EN CUALQUIER LUGAR
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 18:6
EN MI ANGUSTIA INVOQUÉ AL SEÑOR, Y CLAMÉ A MI DIOS; DESDE SU TEMPLO OYÓ MI VOZ, Y MI CLAMOR DELANTE DE ÉL LLEGÓ A SUS OÍDOS.
¿Alguna vez te has preguntado si orar de cierta manera ayudaría para que Dios te oiga y responda tu oración? Dios escucha, sin importar dónde estés, ¡y puedes orar en cualquier momento! Recuerda que la oración es hablar con Jesús y compartir tu corazón con Él, no tratar de convencerlo para que responda a la oración como tú quieres. Dedica un tiempo para orar cada día, porque sabes que Dios te oye y responderá como Él sabe que es mejor mejor.
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