No es una derrota
En una salida con el grupo de jóvenes de la iglesia a una pista de patinaje, Pierina se aferró con fuerza a la baranda cuando pisó el hielo. Era la primera vez que patinaba. Se veía tan fácil, pero se dio cuenta de que era mucho más difícil de lo que parecía. Finalmente se soltó de la barra y se deslizó por el hielo. Le estaba yendo bastante bien cuando, de repente, sus pies empezaron a resbalar y ella cayó. “¡Ay!”, exclamó. Se levantó lentamente, regresó a la baranda y se aferró una vez más.
Después de un rato, Pierina se aventuró nuevamente a salir al hielo. Cuando otros niños pasaron a toda velocidad a su lado, ella perdió el equilibrio y volvió a caer. Se levantó con cuidado, patinó una distancia corta y entonces… ¡ups! Cayó otra vez… ¡y una vez más! La niña finalmente se dirigió hacia una banca y se sentó… y ahí se quedó. La señora Campana, su maestra, se sentó a su lado. “¿Necesitas ayuda?”, preguntó.
Pierina negó con la cabeza. “No sirve de nada. Me caigo todo el tiempo”.
“Se necesita práctica para patinar”, afirmó la señora Campana. “Olvídate de las caídas y sigue intentando. Ven a patinar conmigo. Estoy segura de que puedes aprender a hacerlo”.
Pierina no estaba tan segura, pero estuvo de acuerdo y lo volvió a intentar. Para cuando llegó la hora de irse, estaba haciéndolo mucho mejor y la pasó estupendo.
En la iglesia, al día siguiente, la señora Campana se acercó a Pierina. “Ayer, mientras te veía aprender a patinar, me puse a pensar en nuestra lección para hoy”, compartió. “Es sobre cómo podemos evitar que el pecado nos derrote y tú nos diste una ilustración de lo que tenemos que hacer”.
“¿En serio?”, preguntó Pierina. “¿Qué hice?”
“A pesar de que te caíste varias veces, no te sentaste a llorar. Te levantaste y seguiste aprendiendo a patinar”, respondió la señora Campana. “Eso es lo que debemos hacer cuando pecamos. Lo confesamos a Jesús y le pedimos perdón, pero entonces tenemos que olvidarlo y seguir viviendo para Él. No debemos permitir que el pecado nos haga sentir derrotados, ¡porque Jesús ya lo derrotó por nosotros! Podemos aceptar Su perdón y luego nos levantamos para seguir caminando con Jesús”. — BETTY J. THOMAS
NO PERMITAS QUE EL PECADO TE DERROTE
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 3:13-14
OLVIDANDO LO QUE QUEDA ATRÁS Y EXTENDIÉNDOME A LO QUE ESTÁ DELANTE, PROSIGO HACIA LA META PARA OBTENER EL PREMIO DEL SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS EN CRISTO JESÚS.
¿Sientes desánimo y derrota por las cosas malas que has hecho? ¿Le pides perdón a Dios varias veces antes de realmente sentir Su perdón? Si en verdad te arrepientes por lo que has hecho, confiésalo delante de Jesús. Él promete que te perdonará. No tienes que seguir mortificándote por lo que hiciste en el pasado. Deja atrás los pecados que has confesado y sigue viviendo para Él.
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