No disponible (Parte 1)
¡Zum! Samira regresó a ver su celular. Tenía un nuevo mensaje de texto de su amiga Kiara. «Oye, ¿vienes al juego el viernes?».
Los pulgares de Samira se deslizaron por la pantalla. «¡Por supuesto!».
—¡Samira! —le llamó su madre.
Ella levantó la mirada y vio a su hermanito menor, Enrique, que luchaba por llevar a la mesa tres platos de comida a la vez.
—¡Lo siento! —expresó la niña—. Solo estaba haciendo planes con Kiara para el viernes en la noche.
—Ajá —dijo su madre—. Bueno, ¿qué te parece mi idea de cambiar de posición los muebles de la sala?
—Eh… ¿Me lo puedes decir otra vez? —preguntó Samira.
Mamá suspiró.
—A ver, se acabó. ¡No más celulares mientras pones la mesa!
A la mañana siguiente, Samira recibió otro mensaje de texto de Kiara, cuando iba de camino a la escuela. «¡Vamos a comer pizza mañana, antes del juego!». La niña estaba escribiendo su respuesta cuando fuerte «PIIII» le perforó los oídos. Samira levantó la mirada y vio que un automóvil se dirigía hacia ella. Corrió de regreso a la vereda y se cayó al piso mientras el carro pasó junto a ella a toda velocidad. Sintió un fuerte dolor en sus manos, ya que se habían raspado al tocar el concreto. La niña dejó salir un quejido. «Creo que empecé a cruzar la calle sin ver el semáforo», pensó.
Entonces Samira corrió hacia su casa. Cuando entró, su madre ahogó un grito.
—¡Hija! ¿Qué pasó? —preguntó mientras sacaba el kit de primeros auxilios.
Samira se puso a llorar mientras explicaba su encuentro cercano con el automóvil. Cuando la niña terminó su historia, mamá respiró profundamente.
—Oh, mi vida, quiero que estés conectada con tus amigas, pero creo que de hoy en adelante debemos poner algunos límites para tu celular.
Samira asintió.
—A veces siento que tengo que responder enseguida cuando alguien me envía un mensaje, incluso si no es un buen momento.
Su madre la abrazó con fuerza.
—Dios nos ama tanto y está aquí para nosotros cada vez que lo necesitamos. Pero, a diferencia de Dios, no podemos estar disponibles para las necesidades de todos en cualquier momento, y muchas veces, por nuestra propia seguridad y bienestar, o para dar toda nuestra atención a quienes están con nosotros en persona, debemos apagar nuestros celulares y esperar para responder. Hablemos más sobre esto; oremos y pidámosle a Jesús que te dé sabiduría para usar tu celular.
COURTNEY LASATER
USA LA TECNOLOGÍA CON SABIDURÍA
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 4:19
Y MI DIOS PROVEERÁ A TODAS SUS NECESIDADES, CONFORME A SUS RIQUEZAS EN GLORIA EN CRISTO JESÚS.
¿Usas teléfonos celulares, computadoras y otros dispositivos tecnológicos con sabiduría? A veces puede ser difícil saber cuándo es un buen momento para usar tu dispositivo o responder a un mensaje, y cuándo no es un buen momento. Solo recuerda que no siempre puedes estar disponible para todos, ¡pero Dios sí puede! Jesús puede manejar todas nuestras necesidades, y a veces debes darte un descanso de la tecnología por tu propio bienestar, o pasar tiempo con la gente en persona. Confía en que Dios te ayudará a usar la tecnología con sabiduría, para que sea de beneficio para ti y para los demás.
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