Menos es igual a más
Liliana entró a tropezones por la puerta. “Mamá, ¡regresé! Me pagaron por pasear a Sisa. ¡Tengo lo suficiente! ¿Podemos ir al centro comercial antes de que me vaya a la casa de la señora Escobar para empacar las donaciones para los damnificados de la inundación? ¡Por favor!”
“¿Qué tal si mejor descansas un poco?”, preguntó su madre. “Te has sacado el aire todo el verano para ganar dinero para comprarte esas pulseras. ¿Cuántas de esas necesita una niña?” Mamá levantó una ceja y miró fijamente a la numerosa colección de pulseras con colores brillantes que destellaban en las pulseras de Liliana. Los brazaletes más angostos encajaban unos con otros para formar gruesas pulseras que subían por los brazos de la muchacha.
“Pero, mamá”, protestó Liliana, “son cuatro por paquete, ¡y vienen con un código que desbloquea un tesoro en su sitio web! Valen la pena. Además, ¿no sería genial si yo fuera la única niña en la escuela que tiene todas las combinaciones antes de que comience la escuela?”
Su madre sacudió la cabeza. “Oh, Liliana, tú sabes que lo genial no se determina por las cosas”, comentó con delicadeza. “Tú le perteneces a Jesús y Él hace que brilles con más destello que todas las pulseras del mundo”. Mamá señaló a la sala. “¿Por qué no vas a descansar un rato antes de ir donde la señora Escobar? Otro rato podemos ir al centro comercial”.
Liliana fue a la sala y encendió el televisor, pero no lo estaba mirando. La niña comenzó a pensar en las cosas, en todas las cosas que tenía y qué pasaría si perdiera todo de la noche a la mañana.
Unas horas después, Liliana se asomó al garaje de la señora Escobar. Había traído su mochila nueva llena con todos los útiles escolares y nos trajes nuevos. Tenía mucha ropa y podía usar su mochila del año pasado. Además, pensaba reponer los útiles escolares con el dinero que había ganado al pasear a Sisa. Las pulseras más nuevas podían esperar. Estos niños habían perdido todo en la inundación.
La señora Escobar le agradecí por su donación con un abrazo, y Liliana se puso a trabajar, ordenando todos los artículos donados. Algunos eran nuevos, pero la mayoría estaban en buen estado, aunque eran usados. Entonces abrió una caja que decía: “niñas”. Estaba llena de accesorios para el cabello y bisutería. Liliana deslizó la mitad de las pulseras brillantes en cada brazo y las dejó caer en la caja. La niña sonrió. “Sé que tú dirías que esto es lo más genial que se puede hacer, Jesús”. – CHARELLE WILSON
JESÚS TE HACE BRILLAR
VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 13:16
Y NO SE OLVIDEN USTEDES DE HACER EL BIEN Y DE LA AYUDA MUTUA (COMPARTIR), PORQUE DE TALES SACRIFICIOS SE AGRADA DIOS.
¿Cuál es tu definición de lo que es genial? ¿Crees que es importante tener las cosas mejores y más actuales? Jesús dijo que las cosas del mundo no son importantes porque no durarán para siempre. Solo son cosas. Lo que realmente importa es quién eres en Jesús. Pídele que te muestre cómo pues compartir Su amor con alguien en este día, ¡y confía en que Él te hará brillar!”
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