¿Me van a pagar?
Mientras Jeremías arrastraba su pala de nieve hasta a su casa, el aire frío parecía penetrarle los huesos. Quitar la nieve del garaje y vereda de la señora Camino era un gran trabajo, especialmente porque tenía que hacerlo solo. El niño se puso contento al ver que su madre le esperaba con una taza de chocolate caliente cuando volvió a su hogar. “Gracias”, expresó mientras se dejaba caer en una silla. “¿Sabes una cosa, mamá? A veces me pregunto si hacer lo correcto realmente sirve de algo. O sea… no me parece justo”.
La madre se veía sorprendida. “¿Qué te hace decir eso?”
“Bueno, Hugo y yo le prometimos a la señora Camino que limpiaríamos la nieve de su vereda después de la escuela”, explicó Jeremías. “Pero entonces el señor Gordón ofreció pagar a cualquiera que fuera a ayudarle a limpiar la nieve de su vereda. ¡Entonces Hugo fue allá! Rompió su promesa, ¡y hasta le pagaron por eso!”
“Quizá no sea justo”, afirmó su mamá. “Pero ¿sabes, hijo? La Biblia nos dice que no envidiemos a las personas que, al parecer, reciben una recompensa por hacer algo malo. Dios ve lo que sucede y llegará el día en que Él recompensará a quienes le sirven y obedecen”. Ella abrazó a su hijo. “Si de algo te sirve, quiero que sepas que estoy muy orgullosa de lo que hiciste hoy”.
“Gracias, mamá”, murmuró Jeremías, “pero…” El niño miró a su madre. “¿Las personas con las que trabajas también rompen sus promesas? ¿Y les pagan por eso?”
Mamá asintió. “Lamento mucho decir que con regularidad encuentro personas en los negocios que se benefician por ser deshonestos o romper promesas. A veces tampoco me parece justo, pero cuando las cosas son injustas, me ayuda recordar que Dios sí es justo. Un día Él pedirá cuentas a todos por cada una de las cosas que hayan hecho, y aquellos cuyos pecados han sido perdonados por Jesús recibirán su recompensa: vida eterna con Él. Aunque a veces parezca que hacer cosas malas nos trae una buena paga, no es así. Dios promete que algún día arreglará todo lo que está mal en el mundo y nos llama a nosotros, como Sus hijos, a hacer lo que es correcto”.
Jeremías asintió; ya empezaba a sentirse mejor con la situación. “Está bien”, señaló. “A pesar de que no recibí nada de dinero por ayudar a la señora Camino esta tarde, recordaré que mi pago llegará después”. — DEANA L. ROGERS
NO DEJES DE HACER LO QUE ES CORRECTO
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 37:3
CONFÍA EN EL SEÑOR, Y HAZ EL BIEN.
¿Te parece que otras personas se benefician por hacer cosas malas? ¿Conoces a algún niño que parecería salirse con la suya cuando hace trampa? ¿Cuando roba? ¿Cuando miente? La verdad es que al final vendrán las consecuencias. Llegará el día en que Dios juzgará al mundo por su pecado, y esa es la razón porque es tan importante que confiemos en Jesús, para que nuestros pecados no sean usados en nuestra contra. (Haz clic aquí para a conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti). Como seguidores de Jesús, somos llamados a hacer lo que es correcto, porque sabemos que nuestra recompensa está con Él.
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