Mamá juega al fútol

—Marcelo, ¿quieres jugar soccer?

El niño levantó la mirada de su tarea. Su amigo, Isaac, lo miraba por la puerta de malla. Marcelo sonrió.

—Quieres decir fútbol.

Isaac rio.

—¡No, soccer!

—¡Fútbol!

—¡Tareas! —la madre de Marcelo empujó la puerta vaivén de la cocina—. No falta mucho para la cena. Vamos a comer empanadas.

A Marcelo se le hizo agua la boca al pensar en las empanadas fritas con relleno de queso. Entonces miró nuevamente su libro.

—Puedo terminar mi tarea más tarde, mamá.

La madre negó con la cabeza.

—Primero haz tus tareas. Después viene la cena. Y ahí el fútbol. Esa es la regla.

Ella entró nuevamente en la cocina.

—Es una regla absurda —balbuceó Marcelo. El niño empujó su libro y salió a escondidas.

Unos minutos más tarde, mamá salió.

—¡Oh, no! —exclamó Isaac.

—Yo también quiero jugar —declaró la madre—. Quiero jugar fútbol.

Isaac y Marcelo se miraron el uno al otro. De repente, mamá les quitó la pelota y empezó a correr lejos de los niños. Salió corriendo del patio y llegó hasta la calle.

—¡Mamá, espera! ¿A dónde vas? —gritó Marcelo—. ¡Mamá!

La madre dejó de correr.

—¿Cuál es el problema? —preguntó—. Quiero jugar fútbol.

—¡Pero no estás siguiendo las reglas! —le reclamó Marcelo.

—¿Y por qué tengo que seguir esas reglas? —preguntó mamá.

Marcelo trató de recuperar el aliento.

—Sin las reglas, el fútbol no es fútbol. Solo estás corriendo sola con la pelota.

Su madre asintió.

—Tienes razón. Seguir las reglas permite que todos jueguen juntos. Las reglas que tenemos en nuestra familia también funcionan así. Nos ayudan a pensar en cómo nuestras acciones afectan a otros, para que podamos demostrarnos unos a otros el amor de Jesús, en lugar de solo pensar en nosotros mismos —mamá golpeó con la rodilla la pelota un par de veces—. Ustedes saben que Él murió por nosotros porque rompimos Sus reglas, ¿verdad? Y podemos demostrar ese mismo tipo de amor al actuar de una manera que beneficie a otros y no solo a nosotros mismos —Mamá sonrió y le pasó la pelota a Marcelo.

—Está bien, mamá —dijo el niño—. Iré a hacer mi tarea.

—Y yo terminaré de hacer la cena —expresó mamá—. ¡No hagamos esperar a esas empanadas!

HANNAH ZELLERS

AMA A LOS DEMÁS A TRAVÉS DE TUS ACCIONES

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 4:11

AMADOS, SI DIOS ASÍ NOS AMÓ, TAMBIÉN NOSOTROS DEBEMOS AMARNOS UNOS A OTROS.

¿Quisieras no tener reglas para seguir? Recuerda que aquellas reglas están ahí para ayudar a todos para que se lleven bien y vivan en paz. Las reglas nos dan una oportunidad para poner a otros en primer lugar y demostrarles el amor de Jesús, quien dio Su vida por el bien de todos los que confían en Él. ¿Qué reglas puedes seguir hoy para mostrar a otros que son importantes para ti?

Clave de Hoy
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