Mala hierba de quejas

“¡Qué aburrido!”, se quejó Evita.  “Pensé que estábamos en un viaje misionero.  ¿Qué tiene que ver arrancar malas hierbas con las misiones?”  La niña se sentó, limpió el sudor de su frente y vio de reojo a su amiga, Melinda.  “Qué calor hace.  ¿No podríamos entrar a la iglesia para refrescarnos?  Me están devorando los mosquitos”.  Evita espantó un insecto invisible.

“Deja de quejarte, amiga”, indicó Melinda.  “Esto es lo que nos pidieron que hagamos, entonces es lo que haremos”.

Evita arrojó otra mala hierba al balde.  “Qué pérdida de tiempo”.

La señorita Karen caminó hacia donde estaban las dos niñas.  “El pastor de esta iglesia dijo que este será un jardín de oración.  Es un lugar muy especial donde la gente pasa tiempo con Jesús”.

“Lo sé”, señaló Evita.  “Pero arrancar malas hierbas no es divertido”.

La señorita Karen se puso en cuclillas junto a la niña.  “Me parece que el jardín ya se ve mejor.  ¿Te fijaste en la violeta que está allá?”

Evita y Melinda dirigieron la vista donde apuntaba la señorita Karen.  Un pequeño racimo de florecitas moradas se asomaba en la tierra.  Pocos minutos antes, la misma área había estado cubierta de maleza.

“¿Saben?  El jardín se asemeja mucho a nuestras vidas”, comentó la señorita Karen.

“¿De qué forma?”, preguntó Evita.

“No sabían que esas flores estaban ahí, ¿verdad?”  La señorita Karen arrancó una mala hierba.  “Porque estaban cubiertas por la maleza”.

“No, supongo que no”, admitió Evita.

Melinda negó con la cabeza.  “Yo no lo sabía”.

“Las quejas hacen lo mismo.  Cuando nos quejamos constantemente por las cosas que no nos gustan, los demás no pueden ver el gozo que tenemos en Jesús ni oír de las cosas buenas que Él ha hecho por nosotros.  Si no quitamos las quejas, es difícil que otras personas vean el hermoso jardín que Dios ha sembrado en nuestras vidas”.

Evita bajó la mirada para ver sus manos sucias y luego observó a Melinda.  “Lo siento mucho”.

“Está bien”.  Melinda sonrió.  “¿Qué tal si tratamos de encontrar más flores bajo esta maleza?”

“Me parece una excelente idea”.  Evita le devolvió la sonrisa.  Eso la hizo sentir mucho mejor que las quejas.  —  NANCY C. TODD

HAZ TODO SIN QUEJARTE

VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 2:14 (NVI)

HÁGANLO TODO SIN QUEJAS NI CONTIENDAS.

¿Te quejas cuando te piden que limpies tu habitación o laves los platos?  No todo es diversión.  A veces debemos hacer cosas que son aburridas.  Es tentador quejarnos cuando tenemos que hacer algo que no nos gusta, pero Jesús quiere que hagamos todo como si lo estuviéramos haciendo para Él.  Haz el trabajo que Él te ha dado sin quejarte, de modo que otras personas puedan ver Su belleza en tu vida.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *