Luz y sombras

—Mamá, ¿sabías que podemos llevar una luz a un cuarto oscuro y encenderla, pero no se puede llevar la oscuridad a ningún lugar? —comentó Braulio. Él y su hermana, Renata, habían comenzado una unidad de estudios sobre la luz y la sobra.

Renata dijo:

—¡Eso es absurdo! Se puede atrapar la oscuridad bajo un tazón y llevarla para todos lados —la niña rio—. Yo tengo un libro con sombras de manos. ¿Podemos intentar con algunas?

Su madre tomó una linterna y los niños siguieron las instrucciones del libro de Renata. Alumbraron sus manos con la linterna para formar sombras en forma de perro, mariposa y ganso en la pared.

Después mamá les entregó algunas cosas.

—¿Pueden hacer sombras con estas cosas?

Renata levantó una banderita, un muñeco y un candelabro. Braulio apuntó la linterna a todos estos objetos. Cada uno formó una sombra distinta en la pared. Mamá sacó una caja de fósforos y encendió uno.

—Haz que la luz brille sobre este fósforo. ¿Qué ven?

Los niños se veían confundidos.

Renata declaró:

—No mucho.

—Miren la llama con cuidado —mamá sostuvo el fósforo para que Braulio pudiera alumbrarlo con la linterna.

—¡Nada! —exclamaron ambos niños, casi al mismo tiempo.

—Qué raro —opinó Braulio—. El fósforo tiene una sombra, pero la llama, no.

—Oigan, es como el versículo que aprendimos en el club de Biblia la semana pasada —señaló Renata—. Era Juan 1:5: «Esta luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no ha podido apagarla».

La madre sopló el fósforo antes de quemarse los dedos.

—Buen trabajo. Y, Braulio, creo que también aprendiste un versículo sobre la luz esta semana, aquí en casa.

—Sí, veamos si puedo recordarlo —el niño cerró sus ojos con fuerza—. «Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad».

—Guau —expresó Renata—. La luz ni siquiera tiene sombra.

Mamá asintió.

—Así es. Y Jesús llama a los creyentes la luz del mundo. Nuestro mundo es un lugar oscuro, lleno de pecado, tristeza y muerte, pero debido a que conocemos a Jesús, podemos difundir la luz de Su amor a los demás y apuntarlos a la esperanza que tenemos en Él. Piensen en cómo dondequiera que vayan llevan la luz del Señor con ustedes, y ninguna oscuridad podrá apagarla.

ROBIN STEINWEG

COMPARTE LA LUZ DE DIOS CON OTROS

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 1:5 (NVI)

DIOS ES LUZ Y EN ÉL NO HAY NINGUNA OSCURIDAD.

¿Alguna vez te has sentido abrumado por las malas noticias que escuchas? ¡Anímate! No importa cuán oscuras, malas o tristes parezcan las cosas en nuestro mundo, o incluso en nuestras vidas, recuerda que, si eres un seguidor de Jesús, Él vive en ti. Dondequiera que vayas, llevas Su luz. Y la oscuridad no podrá apagar la luz, sino que la luz siempre derrota a la oscuridad. Jesús te salvó y te ha dado vida eterna, y puedes compartir esa esperanza con los demás.

Clave de Hoy
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