Los que presumen

Víctor era el niño más inteligente de su clase de escuela dominical y todos lo sabían, ¡especialmente Víctor!  “¿Cómo es posible que no hayas acertado todas las palabras?”, le preguntó a Celeste después de que la clase recitara su versículo para memorizar.  “Ese versículo es tan fácil que podría decirlo dormido”.

Víctor no era el único que presumía.  Después de la clase sobre Sansón, Andrés se puso de pie.  “Apuesto a que soy tan fuerte como Sansón”, afirmó, flexionando sus músculos.

Alicia se encogió de hombros y metió la mano a su bolsillo cuando el señor Aguirre tomó la canasta para recoger la ofrenda.  “Miren lo que mi papá me dio hoy para la ofrenda”, exclamó bandereando un billete de diez dólares.  “Apuesto a que ninguno de ustedes tiene tanto para dar”.

El señor Aguirre terminó de recolectar la ofrenda y luego puso a un lado su libro de lecciones.  “Abran sus Biblias en Jeremías 9:23 y 24”, indicó, “y lean esos versículos en silencio”.  El salón se quedó tranquilo mientras la clase leía el pasaje.  “¿Alguien quisiera hacer algún comentario de este texto?”, preguntó el maestro.

“Según estos versículos, se supone que no debemos presumir como algunas personas de la clase lo estaban haciendo”, comentó Leví.

“Sí”, afirmó Adelaida.  “Andrés no debería presumir de sus fuerzas y Alicia no debería sentirse orgullosa solo porque su familia tiene mucho dinero”.

“Y Víctor no debería presumir porque es inteligente”, declaró Celeste con el ceño fruncido.

“¡Exacto!”, señaló Tristán.  “Me alegra no haber presumido así”.

“¡Espera!  Parece, sin embargo, que estás orgulloso de tu humildad”, notó el señor Aguirre.  Tristán se quedó sorprendido y el maestro continuó: “En lugar de apuntar con el dedo a otros, cada uno piense en sí mismo por un minuto.  Fijémonos en cómo el versículo 24 dice que lo único de lo que deberíamos gloriarnos es de conocer al Señor.  ¿Qué creen que significa eso?”

“Deberíamos estar felices y agradecidos porque conocemos a Jesús como nuestro Salvador”, explicó Adelaida. 

“Sí, y no deberíamos presumir de las cosas que tenemos ni de lo que podemos hacer, porque todo procede de Dios de todas maneras”, expresó Leví.

El señor Aguirre asintió.  “¡Correcto!  Dios nos creó, nos salvó y nos dio todo lo que tenemos.  Él merece toda la gloria, no nosotros.  En lugar de tratar de quedar bien, contemos a otros de las grandes cosas que Dios ha hecho”.  —  RAELENE E. PHILLIPS

NO PRESUMAS DE TI MISMO

VERSÍCULO CLAVE: JEREMIAH 9:24

PERO SI ALGUIEN SE GLORÍA, GLORÍESE DE ESTO: DE QUE ME ENTIENDE Y ME CONOCE, PUES YO SOY EL SEÑOR.

¿Eres una persona orgullosa?  ¿Presumes de lo que tienes o de lo que puedes hacer?  Es bueno que tengas gratitud por esas cosas, pero no hay nada de qué gloriarse.  Dios te creó como eres y te dio todo lo que tienes.  Todo procede de Él.  Lo único de lo que vale la pena gloriarse es de que conoces a Jesús como tu Salvador.  Cuéntales a los demás todo lo que Él ha hecho por ti, para que también quieran conocerlo.

Clave de Hoy
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