Los ojos de Lea
Set entró a tientas en la oscura habitación. Encendió la lámpara y agitó sus brazos de atrás hacia adelante, por encima de la cuna. Lea no se dio cuenta. Era ciega.
—Hola, bebé —susurró. Ella volteó su cabecita hacia el sonido de su voz y él la acarició a través de los barrotes de la cuna.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó su madre, que venía del pasillo.
—Estoy tratando de hacer que Lea me vea —explicó Set.
Su madre extendió una manta en el piso.
—Creo que ella nunca podrá verte, hijo. Pero puede escuchar tu voz y sentir cuando la tocas.
El niño suspiró.
—¿Por qué Dios le dio ojos que no funcionan?
Mamá levantó a Lea de su cuna y la puso en la manta junto a Set.
—No siempre entendemos los caminos del Señor, pero sabemos que Él puede usar para el bien las cosas malas que nos pasan.
—Los ojos ciegos no pueden ser algo bueno —opinó Set.
—La Biblia nos cuenta la historia de un hombre que nació ciego como Lea —declaró mamá—. La gente también cuestionó a Jesús sobre los ojos de ese hombre —Lea tomó el dedo de Set mientras su madre continuaba con la historia—. Jesús dijo que el hombre había nacido ciego para que el mundo pudiera ver el gran amor y el maravilloso poder de Dios —mamá acarició la mejilla de su bebé—. Entonces Jesús sanó al hombre y este dejó de ser ciego.
—¿Jesús va a sanar también a Lea? —preguntó Set.
—Oro por eso todos los días —afirmó mamá—. Mientras esperamos la respuesta del Señor, podemos orar para que Lea oiga la voz de Dios y que Él le dé ojos especiales para verlo a Él con su corazón.
—No necesito ojos en mi corazón porque mis otros ojos ven bien, ¿verdad, mamá?
—Todos necesitan ojos en su corazón —aseguró la madre—. Todos somos ciegos como Lea hasta que escuchamos la voz de Dios y nos volvemos a Jesús.
—Mi maestra de escuela dominical dice que la Biblia es la voz de Dios —comentó Set.
—Ella tiene razón —expresó mamá—. La Palabra de Dios nos dice por qué necesitamos que Jesús nos salve del pecado. Cuando Dios abre nuestros ojos a su verdad, podemos ver el gran amor que Él tiene para nosotros.
Set se levantó de un brinco y salió corriendo de la habitación. Regresó con su Biblia y se dejó caer en la manta.
—Creo que a Lea le gustará la historia del arcoíris.
Lea giró su cabecita para ver a su hermano mientras él le leía la Palabra de Dios.
TRINE GRILLO
ESCUCHA LA VOZ DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 1:18
MI ORACIÓN ES QUE LOS OJOS DE SU CORAZÓN LES SEAN ILUMINADOS, PARA QUE SEPAN CUÁL ES LA ESPERANZA DE SU LLAMAMIENTO.
¿Puedes ver con los ojos de tu corazón? Ver con los ojos de tu corazón es más importante que ver con tus ojos físicos, porque es la única manera de ver el gran amor de Dios por ti. La Biblia es la Palabra de Dios, y nos cuenta quién es Dios y lo que hizo para salvarnos. Mientras lees y escuchas Su Palabra, confía en que Dios abrirá los ojos de tu corazón y te ayudará a oír Su voz.
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