Listos para la iglesia
—Alistémonos para la iglesia —indicó papá—. No queremos estar tarde.
—Papá dice lo mismo todas las semanas —le dijo Amós a su hermana, Margarita—. Deberíamos estar listos temprano algún domingo, solo para ver si realmente papá habla en serio o si es una grabación que suena todas las semanas.
El padre sonrió y asintió.
Cuando llegaron a la iglesia, no había ningún otro automóvil.
—Qué raro —comentó su madre—. Me preguntó qué habrá pasado… —ella se detuvo y sacó su celular—. ¡Oh, no! —exclamó—. ¡Estamos una hora más temprano! La primavera anterior adelantamos nuestros relojes y anoche debíamos retrasarlos otra vez.
La familia no podía creer que nadie se había acordado de cambiar los relojes de la casa.
—Mientras esperamos, alistémonos para la iglesia —sugirió papá.
Margarita rio.
—Debe ser una grabación, después de todo, Amós. Nos despertamos, desayunamos, limpiamos, nos vestimos e incluso vinimos a la iglesia una hora más temprano, ¡pero todavía oímos esa grabación!
El padre rio con el resto de la familia.
—Preparamos nuestros cuerpos —explicó—, pero sería bueno que también alistemos nuestros corazones para adorar a Dios, y hoy tenemos tiempo.
—No podemos darles el desayuno a nuestros corazones —opinó Amós.
—Claro que sí. Podemos alimentarlos con la Palabra de Dios por unos minutos —papá abrió su Biblia y leyó un pasaje corto en voz alta.
—Está bien, pero no podemos lavar nuestros corazones, ¿o sí? —preguntó Margarita cuando su padre terminó de leer.
—Por supuesto que sí —aseguró papá—. Podemos examinar nuestros corazones y confesar nuestros pecados a Jesús, y Él nos limpiará.
—Pero no podemos vestir nuestros corazones —declaró Amós.
—¡Claro que sí podemos! —Margarita expresó las palabras de su padre antes que él pudiera decirlas, y luego miró a sus padres—. Pero ¿cómo?
—¿Qué les parece alabando a Dios? —sugirió mamá—. Cantar alabanzas al Señor puede ayudar a ponernos de humor para adorar. ¿Qué deberíamos cantar?
Amós sugirió una alabanza y Margaría quería un himno antiguo que le gustaba, así que la familia cantó ambas canciones.
—Tal vez deberíamos hacer esto todos los domingos y realmente estar listos para la iglesia —señaló Margarita mientras otros automóviles empezaban a llegar.
—¿Acaso estoy oyendo mi grabación? —preguntó papá. Y todos se bajaron del automóvil con una sonrisa.
NANCE E. KEYES
PREPARA TU CORAZÓN PARA LA ADORACIÓN
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 10:17
OH, SEÑOR, TÚ HAS OÍDO EL DESEO DE LOS HUMILDES; TÚ FORTALECERÁS SU CORAZÓN E INCLINARÁS TU OÍDO.
¿Preparas tu corazón al igual que tu cuerpo para adorar a Dios? Es bueno que vayas a la iglesia limpio y que te veas bien, pero también es importante que te asegures de que tu corazón esté listo para adorar a Dios y aprender de Su Palabra. La próxima vez que te alistes para un culto en la iglesia, ora para que Dios ablande tu corazón y abra tus ojos y oídos a las cosas que Él tiene para ti.
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