Limpios por dentro y por fuera

Pamela puso a un lado su servilleta y suspiró.  “¡Qué buen almuerzo!”  La niña miró por la ventana.  “¿Podemos ir al parque donde está la fuente?”  Ella apuntó a la otra cuadra, donde una pileta junto a la vereda lanzaba chorros de agua sobre cualquiera que caminaba cerca.

“¡Eso se ve divertido!”, exclamó el hermano de Pamela, Juan.  “¿Podemos ir, papá?”

Con el permiso de sus padres, los niños salieron corriendo hacia el parque.  Su mamá los siguió mientras el papá pagaba la cuenta del restaurante.  Cuando los alcanzó, Pamela y Juan reían y gritaban mientras trataban de esquivar los chorros de agua que salían disparados de los agujeros de la fuente.  Al ver ahí a su padre, corrieron hacia él y fingieron que querían abrazarlo para que este se mojara también.

“¡Miren allá!”  Juan señaló a unos niños pequeños que habían ido a una gran caja de arena, después de jugar en el agua.  “Esos niños están cubiertos arena y tierra!”

Papá rio.  “Sus padres van a tener que bañarlos hasta que queden bien limpios cuando regresen a su casa”.

Después que Pamela y Juan se secaron, todos se dirigieron a su hogar.  “¿Saben en qué me hicieron pensar esos niños?”, preguntó la madre.  “En un versículo que memoricé cuando era niña, el Salmo 119:9.  Dice así: ‘¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?  Guardando Tu palabra’”.

“¡Sí conozco este versículo!”, aseguró Pamela.  “Aunque la versión que aprendimos en la iglesia usaba otras palabras.  Decía que un joven puede permanecer puro por medio de obedecer la Palabra de Dios”.

El padre asintió.  “Esos niños del parque tenían que limpiarse por fuera, pero todos debemos limpiarnos por dentro y, según la Palabra de Dios, solo Jesús puede hacerlo.  La Biblia dice que, cuando confiamos en Él para que nos salve del pecado, Jesús nos da un corazón limpio y el Espíritu Santo, el cual nos guía para obedecer a Dios y hacer lo que es correcto”.

“Entonces ese versículo está diciendo que, si ponemos atención a lo que dice la Palabra de Dios acerca de Jesús y confiamos en Él, podemos quedar limpios”, comentó Juan.

“Correcto”, afirmó mamá.  “Jesús nos limpia por dentro para que podamos tener una vida pura para Él”.  —  CAROLYN E. YOST

JESÚS TE HACE LIMPIO

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:9

¿CÓMO PUEDE EL JOVEN GUARDAR PURO SU CAMINO?  GUARDANDO TU PALABRA.

¿Alguna vez te has ensuciado MUCHO, tal vez cuando jugabas en el lodo o en la arena?  Probablemente sentiste la necesidad de tomar un baño después, ¿verdad?  La Biblia dice que todos necesitamos ser limpiados por dentro.  Todos tenemos la suciedad del pecado en nuestros corazones.  Dios nos dio Su Palabra para mostrarnos cómo podemos borrar el registro de nuestros pecados y ser hechos puros: al confiar en Jesús.  Confía en Él para que te dé un corazón limpio hoy mismo.  (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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