Lecciones de un colibrí

“¡Mamá!”, gritó Bella dese el porche.  “¡Ayúdame!”  La madre vino corriendo donde estaba su hija apoyada para ver a un colibrí verde que batía sus alas y luchaba con una cuerda enredada en sus patitas larguiruchas.  El pico de aguja del ave trataba de romper los hilos, pero la cuerda solo lo apretaba cada vez más fuerte.

“Bella, corre y tráeme un trapo suave”, indicó mamá.  “Veamos si podemos ayudar a este pequeñín”.

Bella encontró una toalla limpia que a veces utilizaba para ayudar a su madre a limpiar los polvos de los muebles.  La niña observó mientras mamá envolvió su mano en el trapo y delicadamente levantó a la avecilla colorida.  El ruido del colibrí subió de volumen porque el pájaro batía sus alas, largas y delgadas.

“Quédate quieto, pequeño”.  La voz de mamá era tan baja que Bella a duras penas podía oírla.  Una vuelta, dos vueltas.  El ruido se calmó y el cuerpecito quedó libre.

Bella suspiró con alivio cuando su madre le entregó la cuerda y cuidadosamente ubicaba al ave en el jardín.  El colibrí descansó en el pasto por unos segundos y rápidamente se fue volando.

“¡Lo lograste, mamá!”, exclamó Bella, saltando de arriba abajo.  “Apuesto a que, si ese colibrí pudiera hablar, estaría dándonos las gracias por cuidar de él”.  La niña sonrió.  “Oye, eso me recuerda de una historia bíblica que aprendí en la iglesia”.

“¿Sí?  ¿Cuál historia?”

“Jesús les dijo a sus amigos que Su Padre cuida de las aves y, puesto que los ama mucho más que a los animales, no deberíamos preocuparnos porque Dios cuidará también de nosotros”.

“Oh, Bella, me encanta esa historia.  Ayudamos a ese pequeño colibrí porque nos preocupamos por él y no deberíamos preocuparnos porque Dios nos ama y tiene cuidado de nosotros.  Liberamos la cuerda de las patitas del ave, ¡pero Dios envió a Su Hijo para hacernos libres del pecado!  Aun cuando pasan cosas malas, podemos confiar en que Él está con nosotros y nos ayuda en medio de esos tiempos difíciles”.  La madre sonrió a Bella.  “Ahora vamos a buscar el comedero de colibríes.  ¡Nuestro amiguito seguramente tiene hambre después de tantas emociones!”  – BARBARA GORDON

DIOS TE AMA Y CUIDA DE TI

VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 5:7

ECHANDO TODA SU ANSIEDAD SOBRE EL, PORQUE EL TIENE CUIDADO DE USTEDES.

¿Qué cosas te preocupan?  ¿Tienes miedo de que te pase algo malo a ti o alguien que amas?  ¿Te preocupas por lo que otros piensen de ti?  Recuerda cuánto Dios te ama, tanto que envió a Jesús para salvarte del pecado.  Aun cuando pases por tiempos difíciles, Él estará contigo.  Habla con Jesús y cuéntale lo que te preocupa, y confía en que Él cuidará de ti.

Clave de Hoy
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