Las piezas del rompecabezas
Romina estaba sentada en la mesa, trabajando en su rompecabezas armado a medias. La niña sostenía una pequeña pieza mientras miraba al infinito con tristeza.
“No te ves muy feliz”, observó su madre cuando pasó por ahí. “¿Pasa algo malo?”
Romina suspiró. “¡Es solo que estoy harta de la mudanza! A veces quisiera que papá no estuviera en el ejército. Nos hemos mudado tantas veces en los últimos años y ahora tendremos que mudarnos otra vez. No me parece justo”.
“Lo sé, hijita, pero tu padre y yo sentimos que el ejército es el lugar donde Dios quiere que esté”, explicó mamá. “Creemos que Dios sabe lo que es mejor para nosotros, aun cuando eso incluya mudarnos tanto”.
“Bueno, no puedo ver cómo el dejar a mis amigos podría ser lo mejor para mí”, contestó Romina. “¡Los voy a echar tanto de menos!”
Su madre tomó la pieza del rompecabezas que la niña sostenía y la ubicó en el lugar correcto. Luego señaló el resto de las piezas regadas por la mesa. “¿Sabes? Este rompecabezas no se ve muy bien”.
Romina frunció el ceño. “¡Es una imagen hermosa! Lo que pasa es que todavía no está terminada”.
“¡Exactamente!”, indicó su madre. “Cuando empiezas un rompecabezas, no puedes ver toda la imagen y puede que no se vea tan bonita. Pero las piezas encajan y poco a poco empiezan a formar un bello cuadro. Así es como Dios trabaja a través de los cambios en nuestras vidas. Al principio probablemente no veamos cómo encaja cada pieza, pero cuando recordamos que hemos recibido la salvación y vida eterna a través de Jesús y que Él promete hacer que todo obre para nuestro bien, podemos confiar en que Él se encargará del cuadro completo”. Mamá sonrió. “¿Recuerdas cómo conociste a Alessandra?”
“Claro”, respondió Romina. “La semana que nos mudamos acá, me caí mientras montaba bicicleta y me raspé la rodilla muy mal”.
“¿Crees que eso fue algo bueno?”, preguntó su madre.
Romina negó con la cabeza. “Me dolió mucho, pero ahora me alegra que haya sucedido. Si no me hubiera caído, jamás habría conocido a Alessandra. Ella me vio y vino a ayudarme. Ahora somos las mejores amigas”.
Mamá asintió. “Dios sabía cómo hacer que las piezas correctas encajen”.
Romina sonrió. “Y si Él lo hizo una vez, puede hacerlo una vez más. ¡Me pregunto cómo se verá la siguiente pieza del rompecabezas!” — KAREN E. COGAN
DIOS SABE LO QUE ES MEJOR
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:28
Y SABEMOS QUE PARA LOS QUE AMAN A DIOS, TODAS LAS COSAS COOPERAN PARA BIEN, ESTO ES, PARA LOS QUE SON LLAMADOS CONFORME A SU PROPÓSITO.
¿Te preocupan o molestan los cambios en tu vida? Recuerda que no estás viendo el cuadro completo. Como un rompecabezas, tu vida está compuesta de muchas pizas. Dios sabe dónde debe ir cada una y conoce cuándo es el momento de ponerla en su lugar. Recuerda cuánto Él te ama y confía en que armará las piezas de la mejor manera posible.
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