La vista desde arriba

Talía y Malik se sonrieron el uno al otro mientras su familia subía al ascensor que los llevaría a la plataforma de observación en la Torre Willis, el edificio más alto de Chicago.  Sus oídos se destapaban al pasar zumbando un piso tras otro, cada vez más alto.  Cuando se bajaron del ascensor, corrieron a la ventana para admirar la vista.  “¡Todo se ven tan pequeño!”, exclamó Talía.  “Los automóviles parecen juguetes”.

Malik rio.  “Sí, y las autopistas parecen serpientes negras que entrar y salen de la ciudad”.

“¡Se puede ver muy lejos desde aquí!”, aseguró Talía.  “Miren todos esos botes en el lago”.  La niña se dirigió a sus padres.  “¿Qué tan lejos podemos ver?”

“No sé, pero sí es una gran distancia”, afirmó su madre.

Malik volvió a señalar la calle.  “¿Ven ese automóvil rojo que está abajo?  Se está cambiando de carriles a cada rato, tratando de ir más rápido que los demás”.

Papá asintió.  “Ese conductor está siendo imprudente, ¡está rebasando a todos a mil por hora!  Pero miren qué hay más adelante.  El tráfico está detenido y él también tendrá que detenerse”.

“Qué mal que no pueda ver lo que sucede más adelante en el camino, como nosotros”, comentó Talía.  “Entonces sabría que lo mejor es que baje la velocidad”.

“Eso me recuerda a mí mismo”, indicó el padre.

“¿A ti mismo?  ¿Por qué?”, preguntó Malik.  “Tú no rebasas a todos en la autopista”.

“No, es verdad, no hago eso.  Solo estaba pensando en cómo no siempre soy paciente cuando las cosas no salen como yo quisiera”, explicó papá.  “Sé que Dios tiene el control y que tiene un plan para mi vida, pero a veces trato de adelantarme y hago que las cosas se den a mi manera.  Luego me quejo cuando no salen bien”.

“Temo que todos somos culpables de eso”, opinó mamá.  “Debemos recordar que Dios siempre tiene un propósito para cualquier tardanza.  Sus caminos y Su tiempo son los mejores.  Él ve las cosas desde arriba, no como nosotros.  Él sabe lo que hay más adelante”.

Malik, que todavía observaba el auto rojo, sonrió.  “Ese hombre no sabía, pero ahora lo sabe.  Fue detenido por un policía que estaba delante de él”.

Papá sonrió.  “La próxima vez que me sienta impaciente, trataré de recordar lo que le sucedió a ese conductor y confiaré en que será mejor que Dios haga las cosas a Su manera”.  —  JAN L. HANSEN

LOS CAMINOS DE DIOS SON MEJORES

VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 55:9

PORQUE COMO LOS CIELOS SON MÁS ALTOS QUE LA TIERRA, ASÍ MIS CAMINOS SON MÁS ALTOS QUE SUS CAMINOS, Y MIS PENSAMIENTOS MÁS QUE SUS PENSAMIENTOS.

¿Cómo reaccionas cuando las cosas no salen como quisieras?  ¿Confías pacientemente en Dios para que Él haga las cosas a su manera o tratas de hacerlas a la tuya?  Recuerda que Dios te ama y sabe lo que hay más adelante en tu vida.  Confía en que Él estará contigo cuando afrontes dificultades y hará que todo, lo grande y lo chico, obre para tu bien.  Sus caminos son siempre mejores.

Clave de Hoy
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