La razón correcta (Parte 1)
“¿Vas a llevar a alguien esos víveres?”, preguntó Agustín cuando vio a su padre recoger las llaves del carro y una bolsa de víveres que estaba en la mesa. El niño sabía que la iglesia solía proveer alimentos para las familias con necesidad y papá a veces hacía las entregas.
Su padre asintió. “Lo Vélez, que viven cerca de nuestra iglesia, necesitan un poco de ayuda. La señora Vélez se rompió la muñeca y el señor Vélez perdió su trabajo”.
“Eso oí”, contestó Agustín. “Carlos Vélez es mi compañero de clase en la escuela”.
“Entonces, ¿por qué no vienes?”, sugirió papá. “Puedes invitar a Carlos al retiro de jóvenes que habrá pronto”.
“Está bien”, señaló Agustín, de modo que él y papá condujeron a la casa de los Vélez.
La señora Vélez los recibió en la puerta. “Pasen”, les indicó.
El padre explicó que habían traído algunos víveres, así que ella los llevó a la cocina, pasando por la sala. El señor Vélez, que había estado tumbado en el sillón viendo televisión, se levantó y los siguió. Él frunció el ceño cuando vio las bolsas que habían puesto sobre la mesa. “Supongo que no me trajeron cerveza”, balbuceó.
El padre de Agustín sonrió. “No”, respondió, “pero hay algunos dulces y otras golosinas que usted disfrutará”.
Carlos se acercó para ver lo que había y sacó una bolsa de galletas de mantequilla de maní. “¡Guácala! Detesto la mantequilla de maní”, comentó. “¿Por qué no trajeron galletas de chocolate?” Agustín se sintió muy incómodo y no veía la hora de irse.
“¿Por qué las personas actúan así?”, preguntó Agustín cuando estuvieron nuevamente en el automóvil. “Los estamos ayudando y, con excepción de la señora Vélez, ni siquiera dieron las gracias”.
“A veces es difícil entender a la gente”, aseguró papá, “pero debemos recordar que hacemos esto para el Señor, no para las personas. No lo hicimos para que los Vélez nos quieran o nos den las gracias. Lo hicimos porque ellos lo necesitaban y porque Jesús quiere mostrar a otros Su amor. Oremos para que se den cuenta de cuánto Él los ama. ¿Está bien?”
“Bueno”, admitió Agustín. Después de un minuto, agregó: “Me olvidé de invitar a Carlos al retiro de la iglesia. Mañana lo veré en la escuela y ahí le haré la invitación”. — LINDA M. WEDDLE
HAZ TODO PARA DIOS
VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 3:23
TODO LO QUE HAGAN, HÁGANLO DE CORAZÓN, COMO PARA EL SEÑOR Y NO PARA LOS HOMBRES.
¿Has tratado de ser amigable o amable con otra persona, solo para que te rechacen? ¿Esto te hizo sentir que debes dejar de tratar de ayudar? No te olvides que la razón porque debes ser amable es para glorificar al Señor, no para impresionar a otros o hacerlos más como tú. No te desanimes. Recuerda cuánto Jesús te ama y sigue sirviéndole, sea cual fuere la respuesta que recibas de la gente.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!