La muñeca vieja
—Me alegra que hayas venido a ayudarme hoy, Daniela —expresó la tía Marga mientras las dos exploraban el desordenado ático. Rieron juntas por sus descubrimientos mientras ordenaban las cajas, en preparación para una venta de garaje. La tía Marga levantó una caja—. Creo que mi muñeca Rosita debería estar por aquí, en algún lado.
—¿Es esta? —preguntó Daniela.
—¡Sí! ¡Mi pequeña Rosita! Solía jugar con ella todo el tiempo cuando tenía tu edad —la tía Marga tomó la muñeca y acurrucó su cuerpo esponjoso en su brazo, como si fuera un bebé de verdad. Su cara redonda le mostraba una sonrisa —. Estas muñecas eran muy populares cuando yo era niña —contó la tía—. Venían con certificados de nacimiento y papeles de adopción, y la gente se volvía loca por ellas. Rosita fue un regalo de cumpleaños de mis padres —ella miró pensativa su muñeca—. Todavía recuerdo un mensaje que dio nuestro pastor la Navidad antes de recibir a Rosita. Las personas hicieron fila por horas y pagaron mucho dinero por estas muñecas. El pastor Baquero nos dijo que eventualmente perderían su atractivo y popularidad. Nos recordó que las posesiones materiales nunca pueden traer satisfacción ni un gozo que perdura. Solo Jesús puede satisfacer nuestros corazones, y el regalo que el Señor nos ofrece, la vida eterna con Él, es gratis —ella le entregó la muñeca nuevamente a Daniela—. El pastor Baquero tenía razón. Ya no me emocionan estas muñecas, ni me emocionan un montón de cosas que alguna vez fueron populares. Mira todas las cosas en este ático —la tía sonrió—. Pero todavía me emociona cuando pienso en Jesús y en todo lo que ha hecho por mí. ¡Él me llena de gozo todos los días!
Daniela miró la muñeca.
—Rosita es linda, pero no puedo creer que te hayas emocionado tanto por algo así.
Los ojos de la tía Marga brillaron.
—Oh, creo que conozco a alguien que tiene una gran colección propia de muñecas.
Daniela rio.
—Sí, supongo que siempre quise tener las muñecas que eran populares entre mis amigas cuando era más chica. Pero la mayoría de ellas ya no son tan populares tampoco. Tal vez traiga algunas para nuestra venta de garaje.
—Las cosas populares cambian continuamente —aseguró la tía Marga—. Pero Jesús siempre es el mismo. ¡Él es el regalo que siempre nos hace emocionar!
A. J. SCHUT
SOLO JESÚS TE DA UN GOZO QUE PERDURA
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:23
LA DÁDIVA DE DIOS ES VIDA ETERNA EN CRISTO JESÚS SEÑOR NUESTRO.
¿Tienes alguna cosa que haya pasado de moda? ¿Hay cosas nuevas que ahora son populares y que desearías conseguir? Las cosas materiales solo satisfacen por un breve tiempo. Pronto te cansarás de ellas o se volverán anticuadas. ¡Pero el regalo de la vida eterna que Jesús nos ofrece es absolutamente gratis y Él nos da un gozo que dura para siempre! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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