La maravillosa creación de Dios
“¿Qué haces, mamá?”, preguntó Avelina cuando llegó a casa de la escuela. La niña recorrió la cocina con la mirada. “¡Guau! ¿De dónde salieron todas esas flores?” Había varios ramos muy grandes en la mesa y en los mesones.
“Tu papá trajo las flores de la iglesia esta tarde. Tuvo un funeral y la familia le pidió que llevara los arreglos a las personas hospitalizadas”, explicó su madre. “Estoy desarmando los ramos enormes para hacer unos más pequeños. ¿Quieres ayudarme?”
“Claro”, contestó Avelina. “¡Hay demasiados! Necesitas ayuda… a menos que creas que los ramos se arreglarán solos”. Ella rio. “Me imagino a las flores saltando de los ramos grandes y dividirse por su cuenta en unos más pequeños”.
Su madre rio. “¿Qué te hace pensar algo así?”, preguntó.
“Bueno, si el mundo se formó por casualidad, como creen algunas personas, uno creería que estos ramos también lo podrían hacen”, opinó Avelina.
“Ya veo”, dijo mamá, “pero ambas sabemos que el mundo no se formó por su cuenta. Se requirió que alguien, que Dios, lo cree, y Él sigue dirigiendo todo lo que sucede en él”.
“Lo sé”, afirmó Avelina. “Tuvimos una clase sobre la creación en la escuela dominical de la iglesia la semana pasada. La señora Parrales puso una jarra con agua y un sobrecito de limonada instantánea en la mesa. Nos pidió que adivinemos cuanto tiempo tomaría para que ambas cosas se transformaran en limonada si solo las dejábamos ahí. Nos dijo que el que más se acercara a la respuesta correcta podría tomarse la limonada”.
“¿Qué respondiste tú?”, preguntó su madre.
“Todos estuvimos de acuerdo en que nunca podrían convertirse en limonada, sin importar cuánto tiempo los dejáramos ahí. Alguien tendría que mezclar los ingredientes”, respondió Avelina. “Entonces la señora Parrales nos dejó hacer la limonada y dijo que, como todos ganamos, todos podríamos tomar un vaso”.
“La señora Parrales tenía razón”, señaló mamá. “Dios creó todo lo que existe y Su mano guía cada proceso que sucede en el universo entero. Sin Él, no existiría nada”.
“Es cierto”, aseguró la niña. “No es solo que el agua y el polvo de limonada nunca podrían mezclarse por su cuenta, ¡sino que ni siquiera existirían!” — SHIRLEY DECHAINE
DIOS CREÓ EL UNIVERSO
VERSÍCULO CLAVE: GÉNESIS 1:1
EN EL PRINCIPIO DIOS CREÓ LOS CIELOS Y LA TIERRA.
¿Has oído que el mundo se formó su cuenta? ¡Eso sería como si el polvo para hacer limonada saltara al agua y se mezclara solo! La limonada no puede hacerse a sí misma; necesita una mano que la mezcle. Y el universo necesita un Creador. Dios creó el universo de la nada y Él guía todo lo que suceda en él. Ve a hacerte un poco de limonada y disfruta la maravillosa creación de Dios.
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