La mano en el guante
Papá entró en la habitación de Pedro para darle las buenas noches.
—Has estado muy callado hoy, hijo. ¿En qué estás pensando?
—Solo pienso en el misionero que habló esta semana en la iglesia —le contó Pedro—. Realmente disfruté escuchar sobre el trabajo que hace y cómo las personas de la aldea donde vive están poniendo su fe en Jesús. Me hizo preguntarme si tal vez Dios quiere que yo sea misionero algún día.
El padre vio la cara confundida y el ceño fruncido de su hijo.
—No te ves muy emocionado con esa idea.
—Bueno, parece un trabajo muy difícil: aprender un nuevo idioma y acostumbrarme a un nuevo país. A veces hay que lidiar con el calor, los insectos y las serpientes… aunque esas cosas no me importan tanto. Pero es probable que yo no sea bueno para la obra misionera. ¿Qué pasaría si Dios me llama a hacer algo que no puedo?
Papá pensó por un momento, después se dirigió al escritorio de Pedro y tomó y su guante de béisbol.
—¿Qué es esto? —preguntó el padre.
Pedro rio.
—Es mi guante de béisbol.
Papá caminó a la esquina de la habitación y acomodó el guante contra la pared.
—A ver —dijo, mirando a su alrededor—. Esto funcionará —él tomó una pelota y la lanzó contra el guante. A pesar de que la bola dio justo en el centro del guante, salió rodando hacia el piso. El padre levantó el guante y movió la cabeza, indignado—. Este guante es un fracaso.
Pedro arrugó las cejas.
—El guante no puede atrapar la bola por su cuenta, papá. Debe tener una mano adentro.
El padre sonrió.
—Tienes razón. Pones tu mano en el guante para darle dirección y fuerza, le das el poder de atrapar la pelota. Del mismo modo, Dios te dará la capacidad para hacer cualquier cosa que Él te llama a hacer, y todos los cristianos somos llamados a contar a otros sobre Jesús y a mostrarles Su amor, sin importar dónde estemos. Él tiene un propósito para tu vida, hijo, tal como este guante tiene un propósito. Dios nunca te dejará en una esquina solo. Su mano poderosa hace el trabajo cuando estás dispuesto a ser usado por el Señor. Confía en que Él te dará la fuerza y el poder que necesitas para hablar a otros sobre Jesús, ya sea en otro país o en la casa de al frente.
CATHERINE RUNYON
JESÚS DA PODER
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 15:5
[JESÚS DIJO:] “SEPARADOS DE MÍ NADA PUEDEN HACER”.
¿Has pensado en el plan de Dios para tu vida? Puede que el Señor te llame a ayudar a las personas de una manera especial como pastor o misionero, y Él llama a todos los cristianos a amar a otros y contar a las personas sobre Jesús. Pero Dios no espera que hagas esas cosas por tu cuenta, solo puedes hacerlas a través de Su poder. Así que no tengas miedo del llamado del Señor en tu vida. Dios te guiará y te dará la fuerza que necesitas para hacer lo que Él quiera que hagas.
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