La Dama de la Libertad
Isaac cerró sus ojos y dejó que la fresca brisa de la bahía de Nueva York acariciara su rostro. Se volvió a su hermana, Ana, que estaba de pie junto a él en el ferry que se dirigía hacia la isla Liberty. “¡Me muero por ver de cerca la estatua de la Libertad! Mi amigo Zac dice que es altísima, ¡como un edificio de 20 pisos!”
“¡Guau!”, gritó Ana mientras estiraba el cuello para ver a su alrededor, en el momento en que su hermano pudo ver a la estatua. “¡Y pensar que en la noche la Dama de la Libertad estará rodeada de juegos pirotécnicos!”
“Es verdad”, afirmó mamá. “Es mucho más especial que tengamos el privilegio de ver la estatua de la Libertad el Cuatro de Julio. Hoy es un día muy especial en este país. ¿Recuerdan la razón?”
“Sí”, contestó Isaac. “¡Es el Día de la Independencia! En la escuela aprendimos que el 4 de julio de 1776, Estados Unidos declaró que seríamos una nueva nación y ya no seríamos gobernados por los británicos. Queríamos ser una nación donde las personas pudieran venir y ser libres”.
“Imaginen si fuéramos nuevos inmigrantes que venían a América y viéramos a la estatua de la Libertad por primera vez”, comentó Ana, metiéndose en la conversación. “¡Sería tan emocionante saber que comenzamos una nueva vida!”
Su madre sonrió. “Me alegra saber que han estado poniendo atención en sus clases de historia. La estatua de la Libertad es un hermoso símbolo de independencia, y me hace pensar en otro símbolo de libertad: la cruz”.
“¿La cruz? ¿Como la cruz en la que murió Jesús?”, preguntó Ana. “¿Qué tiene que ver la cruz con la independencia de los británicos?”
Mamá rio gentilmente y explicó: “La cruz no nos da independencia de los británicos, pero sí nos da una clase distinta de libertad. Cuando Jesús murió en la cruz y resucitó de entre los muertos, nos hizo libres de la esclavitud del pecado. La cruz nos recuerda que tenemos libertad y una nueva vida en Él”.
“¡Oh, ya entiendo!”, aseguró Isaac. “La cruz es un símbolo de libertad para los cristianos”.
“Y si soy una seguidora de Jesús, ¡entonces soy una damita de la libertad!”, bromeó Ana con una risita.
“Es verdad”, indicó mamá. “¡Tenemos dos tipos de libertad que podemos celebrar el Día de la Independencia!” — RACHEL VRUGGINK
JESÚS NOS HACE LIBRES
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 8:36
ASÍ QUE, SI EL HIJO LOS HACE LIBRES, USTEDES SERÁN REALMENTE LIBRES.
Cuando ves un símbolo de la cruz, ¿piensas en la libertad que tienes en Jesús? Si confías en Él, entonces ya no eres esclavo del pecado. Eres libre para vivir de un modo que agrade a Dios. Si conoces a Jesús, dale las gracias por la libertad que te ha dado. Si no lo conoces, puedes celebrar la libertad del pecado hoy mismo si confías en Él. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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