La casa mecedora
“¡Ya!”, dijo Isaac mientras terminaba de martillar un clavo. “¡Esta es la mejor casa del árbol en todo el mundo! Cuando hay viento, como hoy, puedes sentir cómo se mueve toda la casa. ¡Es como estar en un castillo mecedor! Pidamos permiso para dormir aquí hoy”.
“Yo sé que mi papá no me va a dejar”, afirmó Beto. “Él dice que tiene que estar seguro de que sea firme y estable antes de usarla, pero sé que no tiene tiempo para revisar hoy la casa del árbol”.
“Mi papá dijo lo mismo”, señaló Isaac. “¡Tengo una idea! Pidamos permiso a nuestros padres, tú para quedarte aquí y yo para quedarme en tu casa. Entonces creerán que estamos en la casa del otro, pero en realidad dormiremos en la casa del árbol”.
“No sé”, titubeó Beto, pero finalmente estuvo de acuerdo con intentarlo.
Su plan funcionó, pero a la media noche, un fuerte relámpago, con el ruido del viento y la lluvia, despertó a los muchachos. “¡Toda la casa se está meciendo!”, exclamó Beto.
“¡Y el techo está goteando!”, gritó Isaac. “Vamos a mi casa”.
La tormenta también había despertado a los padres de Isaac, y estos quedaron muy sorprendidos cuando los niños entraron de golpe a la cocina. “¿Qué pasó? ¿Hubo algún problema en tu casa, Beto?”, preguntó el papá de Isaac.
“No”, contestó Isaac. “Nosotros… eh… estábamos durmiendo en la casa del árbol. Pero empezó a mecerse y a gotear con la tormenta, así que vinimos acá”.
“¿La casa del árbol?”, indagó la mamá de Isaac. “¿Los padres de Beto les dieron permiso? Porque tú pediste permiso para pasar la noche en su casa”.
“De hecho, solo pedí permiso para pasar la noche con Beto”, respondió Isaac.
“Ya veo”, dijo el papá. “Entonces, tus palabras fueron correctas, pero nos engañaste y nos mentiste con tus acciones, ¿verdad?”
Los niños asintieron, con las cabezas gachas.
El padre se rio. “Niños, mentir y engañar a otros hace que sean como esa casa mecedora… hace que la gente ya no pueda confiar en ustedes. ¿Y cómo pueden mostrar a los demás el amor de Jesús si no confían en ustedes? La Biblia dice que Jesús es un cimiento firme y que siempre podemos confiar en Él. Dios quiere que ustedes ayuden a otros a entender quién es Él al hablar la verdad en amor”.
Los niños hicieron un gesto afirmativo. “Lo siento, papá”, expresó Isaac. “También le pediré perdón a Jesús”.– AGNES LIVEZEY
SÉ DIGNO DE CONFIANZA
VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 4:25 (NTV)
ASÍ QUE DEJEN DE DECIR MENTIRAS. DIGAMOS SIEMPRE LA VERDAD A TODOS PORQUE NOSOTROS SOMOS MIEMBROS DE UN MISMO CUERPO.
¿Eres confiable? ¿Puede la gente contar contigo para que seas honesto u honesta, tanto en tus palabras como en tus acciones? Dios aborrece la mentira y el engaño, porque eso va en contra de todo lo que Él es. Dios es un cimiento firme que siempre actúa con bondad y verdad. Siempre podemos confiar en que Él cuidará de nosotros y hará lo correcto. Él quiere que tú, como uno de sus hijos, comunique esa verdad a los demás. Actúa con honestidad en todo lo que hagas y todo lo que digas.
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