La caminata de agradecimiento
—Abuelita —Zelmira lloraba a mares, sus ojos cafés brillaban por las lágrimas—, extraño a mi mamá.
—Oh, mi corazón —su abuela la consoló abrazándola—. Sé que es difícil que no puedas ver a tu madre por ahora, pero ella está en el hospital, preparándose para la llegada de tu nueva hermanita bebé. ¿Qué te parece si hacemos tus galletas favoritas de chocolate y después damos una caminata de agradecimiento?
Zelmira asintió, se secó los ojos y siguió a su abuela a la cocina, para ayudarla a hornear las galletas.
—Ahora, mientras esperamos que se enfríen, vayamos a dar nuestra caminata de agradecimiento —sugirió la anciana después de poner las galletas en la rejilla para que se enfriaran. Antes de salir, ella tomó una bolsa floral de un gancho que estaba en la puerta.
—¿Qué es una caminata de agradecimiento? —preguntó Zelmira mientras caminaban hacia la playa. Las olas acariciaban la arena mientras la brisa les hacía cosquillas en la piel.
—Caminamos y recogemos conchas o piedritas por cada una de las cosas que estamos agradecidas. Yo empiezo —la abuela se agachó y recogió una concha—. Estoy feliz porque tuve la oportunidad de amar a tu abuelito por tantos años y que él está ahora con Jesús.
Zelmira seleccionó otra concha.
—Estoy agradecida por mi gata, Pelusa —la niña recogió otra conchita y agregó—: y por mi familia.
Abuela y nieta siguieron recogiendo conchas y echándolas en la bolsa. Mientras Zelmira iba acumulando más y más, se dio cuenta de que tenía muchas bendiciones para estar agradecida.
—Estoy agradecida por las galletas de mi abuela y porque ella me trae a caminatas para alegrarme —afirmó Zelmira, olvidándose de sus preocupaciones. Más bien, solo pensaba en todo lo que la hacía feliz. Pronto la bolsa estuvo llena de conchas—. ¡Mira cuántas hemos recogido! —exclamó la niña—. No puedo creerlo. Hagamos algo en la arena.
La abuela se sentó en una roca mientras Zelmira formaba un corazón en la arena con las conchas que recogieron.
—¡Mira, abuelita! Hice un corazón con todas las bendiciones que hemos recibido. Es un agradecimiento para Dios porque Él nos ama tanto y envió a Su Hijo Jesús para salvarnos. Tomemos una foto para recordar nuestra caminata especial.
La abuela tomó una fotografía con su teléfono y Zelmira regresó a casa dando brincos, emocionada por disfrutar de las galletas que habían horneado. ¡Tener una hermanita bebé iba a ser divertido!
CINDY LEE
TEN UN CORAZÓN AGRADECIDO
VERSÍCULO CLAVE: 1 TESALONICENSES 5:18
DEN GRACIAS EN TODO, PORQUE ESTA ES LA VOLUNTAD DE DIOS PARA USTEDES EN CRISTO JESÚS.
¿Te quejas cuando afrontas dificultades o cambios en tu vida? A veces es fácil quejarte y pensar solamente en tus problemas, pero aun durante las pruebas, es importante que alabes a Dios y tengas un corazón agradecido. Jesús nos ama y quiere que estemos llenos con el gozo de conocerlo, incluso en los momentos difíciles. Él nos ha dado tantas bendiciones. ¿Por cuáles cosas o personas en tu vida te sientes agradecido?
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