Huellas de la vida

Flavio entró lentamente a la escuela al oír sonar el timbre de entrada. Se acercó al bebedero y no hizo caso a la larga fila de niños que esperaban ahí.

—¡Oye, respeta la fila! —gritaron varios chicos. Flavio los ignoró y bebió bastante agua. El niño arrastró los pies por el pasillo hasta llegar al perchero y refunfuñó al ver una chaqueta colgada en el gancho más cercano a la puerta. Entonces tomó el abrigo, lo colgó en otro gancho y puso su propia chaqueta en su lugar favorito.

Era el comienzo de un día típico para Flavio. Durante el tiempo de las clases, soñaba despierto en lugar de estudiar. Cuando sonaba el timbre para el recreo, era el primero en salir por la puerta. Después del recreo, era el último en entrar. Miraba desafiante a su maestra cuando ella lo hacía quedar en el segundo recreo para terminar sus tareas.

Esa noche, la abuela de Flavio se quedó con él mientras su papá asistía a una reunión de padres y maestros en la escuela. Mientras no estaba, el niño sacó su juego de detectives y se puso a jugar fingiendo que estaba resolviendo algunos misterios. Cuando su padre regresó, Flavio lo saludó con una sonrisa:

—Oye, papá, ten cuidado con lo que tocas, porque estás dejando tus huellas en todos lados.

Su padre asintió.

—Lo sé. ¿Y qué clase de huellas estás dejando tú?

—Las mismas de siempre, por supuesto. Las huellas digitales de las personas nunca cambian.

—Es verdad —afirmó papá—, pero dondequiera que vayamos, también vamos dejando nuestras huellas. Digamos que son huellas de la vida. Todo lo que hacemos deja una impresión, una huella en otras personas. ¿Qué tipo de huellas estás dejando en tu maestra y en los niños de la escuela?

Flavio se quedó mirando la puerta.

—Unas huellas no tan buenas, supongo.

El padre hizo un gesto afirmativo.

—Temo que tienes razón. Me dolió mucho enterarme de eso en la reunión de esta noche. Pero, a diferencia de las huellas digitales, sí puedes cambiar el tipo de huellas de vida que dejas. Cuando pusiste tu confianza en Jesús, É te convirtió en una nueva persona que tiene la capacidad de dejar las mismas huellas de vida que Él, huellas de amor y sacrificio. Con la ayuda del Señor, puedes dejar huellas que guíen a otros hacia Él y no hacia ti mismo. Me parece que eso es lo que debes hacer, ¿qué crees?

Flavio asintió lentamente.

—Voy a confiar en que Jesús me ayudará… y Le voy a pedir que me perdone por la forma en que he actuado este tiempo.

HAZEL W. MARETT

DEJA QUE TUS ACCIONES GUÍEN A OTROS A JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 10:31

YA SEA QUE COMAN, QUE BEBAN, O QUE HAGAN CUALQUIER OTRA COSA, HÁGANLO TODO PARA LA GLORIA DE DIOS. 

¿Qué huellas de vida dejas en los demás? ¿Los otros niños y tus maestros ven en tu vida bondad, respeto y amistad? ¿Ven que pones a los demás por encima de ti mismo? ¿Eres responsable con tus tareas en la escuela y en tu hogar? Si no es así, pídele a Jesús que te perdone y confía en que Él te ayudará a cambiar. Si conoces a Jesús como tu Salvador, puedes tener huellas de vida que guíen a otros hacia Él.

Clave de Hoy
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