Galletas quemadas
—¡Oh, no! —gimió Genaro mientras sacaba una bandeja de galletas que había dejado demasiado tiempo en el horno—. ¡Arruiné por completo estas galletas!
—No hay problema —opinó la prima de Genaro, Catalina—. ¡Puedes hacer otras!
—¡Ya no tengo tiempo! Iba a llevar estas galletas a mi amigo Ricardo por su cumpleaños, ¡que es hoy!
—A ver —dijo Catalina—. Tengo una idea. Trae el rallador.
Genaro encontró un rallador de queso y se lo entregó a su prima. Ella lo usó para raspar las partes quemadas de las galletas.
—Ya no están quemadas, pero todavía están duras como una roca —señaló Genaro.
—¿Tienes helado? —preguntó Emily. Con una sonrisa, Genaro corrió al congelador. Los niños pusieron una cucharada de helado entre dos galletas y las apretujaron.
—Ahí los tienes —declaró Catalina—. ¡Sándwiches de helado!
—¡Guau! ¡Gracias por ayudarme! —expresó Genaro—. Las galletas estaban terribles, pero las salvaste y las transformaste en algo mucho mejor, ¡en sándwiches de galletas!
—¡De nada! —Catalina rio—. Se podría decir que «redimí» las galletas.
—Redimir. Creo que el pastor habló de eso en el último culto del domingo, pero no sabía qué significaba —confesó Genaro.
Catalina explicó.
—Redimir significa recuperar, rescatar o compensar algo. Tus galletas quemadas se parecían un poco a todos nosotros. Dios creó todo de manera perfecta. Pero así como quemar las galletas las arruinó, el pecado, es decir, alejarnos de Dios, trae dolor y muerte al mundo. Estábamos arruinados por el pecado y no había nada que pudiéramos hacer para arreglar nuestra relación con Dios. Pero Jesús murió para que podamos vivir; Su muerte trajo la solución para el problema del pecado que nos separaba de Dios. Él no se quedó muerto, sino que resucitó y está vivo, ¡para dar vida eterna a todos los que confían en Él!
—¡Oh, ya lo entiendo! —exclamó Genaro—. Nuestras galletas eran un desastre, pero las redimimos para que volvieran a ser buenas.
—Sí —Catalina asintió—. Y aun cuando nuestras vidas parezcan desastres, Dios trabaja a través de las cosas difíciles para traernos algo bueno. Y algún día, Él restaurará todo el mundo.
Genaro sonrió.
—¡Tengo que contarle a Ryan toda la historia cuando le dé las galletas redimidas!
ABBY CIONA
JESÚS SACA VIDA AUN DE LA MUERTE
VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 1:7
EN ÉL TENEMOS REDENCIÓN MEDIANTE SU SANGRE, EL PERDÓN DE NUESTROS PECADOS SEGÚN LAS RIQUEZAS DE SU GRACIA.
¿Alguna vez has sentido que eres demasiado malo como para ser rescatado por Jesús? No importa lo que hayas hecho, el sacrificio de Jesús paga el precio por tu pecado. Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, nuestro pecado queda limpio y tenemos una nueva vida en Él. Podemos superar los momentos difíciles en nuestras vidas y hacer grandes para el Reino de Dios. Confía en Jesús como tu Salvador y Él te redimirá. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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