Estrellas en el cielo

—¡Guau, mira todas las estrellas, Gerardo! —exclamó Samuel, apuntando hacia el cielo—. Es la noche perfecta para observar las estrellas.

—Nunca había visto tantas estrellas —aseguró Gerardo—. Las luces de los postes y los edificios en la ciudad bloquean la mayoría de las estrellas donde vivo.

—Estoy tan feliz de que hayas venido a mi casa para el fin de semana, pero quisiera que te quedaras más tiempo —expresó Samuel—. No hay forma en que podamos hacer todo lo que planeamos. ¡Parece que han pasado años desde la última vez que nos vimos!

Gerardo se había mudado a Toronto unos meses antes y esta era la primera vez que volvía a ver a su amigo.

—¿Qué se siente vivir en la gran ciudad? —preguntó Samuel—. Debes tener miles de amigos nuevos. ¡Hay tanta gente allá!

—No realmente —respondió Gerardo—. Te puedes sentir igual de solo cuando estás en medio de una multitud en la ciudad. Hice algunos amigos en mi nueva iglesia y en la escuela, pero todavía extraño a mis amigos aquí.

—Sé cómo te sientes —comentó Samuel—. Volverás a hacerme falta en la escuela el lunes —el niño suspiró—. El universo es tan grande. Sé que la Biblia dice que Dios siempre está con nosotros, pero no lo siento. Todavía me siento solo a veces.

Gerardo se quedó pensando un momento y luego dijo:

—Bueno, aunque me siento solo en mi nueva casa, sé que no lo estoy. Supongo que es como las estrellas.

—¿Cómo? —preguntó Samuel.

—Aunque no podemos ver las estrellas, como cuando es de día o hay demasiadas luces en la ciudad, sabemos que las estrellas siguen ahí —explicó Gerardo—. E incluso cuando no sentimos que Jesús está con nosotros, sí está porque prometió que siempre estaría a nuestro lado.

Samuel asintió.

—Creo que ya entiendo.

Gerardo continuó:

—La Biblia dice que Dios creó todo: las estrellas y también a nosotros. Y a pesar de que hay billones de estrellas y miles de millones de personas, hay un versículo que dice que Dios conoce el número de las estrellas en el cielo y las conoce a cada una por su nombre. Y nosotros somos mucho más importantes para Él que las estrellas; ¡Jesús murió por nosotros! Él se preocupa por nosotros y no nos olvida.

—Gracias, Gerardo —Samuel sonrió—. Lo recordaré el lunes, en la escuela.

ABBY CIONA

JESÚS SIEMPRE ESTÁ CONTIGO

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 147:4 (NVI)

ÉL DETERMINA EL NÚMERO DE LAS ESTRELLAS A TODAS ELLAS LES PONE NOMBRE.

¿Alguna vez te has sentido solo? A pesar de que hay miles de millones de personas en el mundo, Dios te conoce por tu nombre. Él nos ama tanto que envió a Su Hijo, Jesús, a la tierra para salvarnos del pecado, y promete que siempre estará con quienes confían en Él. Si conoces a Jesús, Él está contigo, aun cuando no lo sientas. Eres importante para el Señor.

Clave de Hoy
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