Entrenar a Baxter
El perro labrador negro de Cosme viró su cabeza a un lado y levantó su pata delantera. “¡No, no te pedí la patita! ¡Tráeme la pelota!” Cosme caminó hacia el otro lado y levantó la pelota por la que él sentía que era la centésima vez. “¿No puedes aprender nada? ¡Tráeme la pelota! ¡Baxter, tráeme la pelota!” Cosme lanzó la pelota al otro lado del jardín y Baxter salió corriendo tras ella. Antes de que cayera al piso, Baxter saltó en el aire y la atrapó con su boca. “¡Guau! ¡Buen perro!”, exclamó Cosme, aplaudiendo. “¡Ahora trae acá la pelota, Baxter!”
La cola del perro dejó de moverse y apuntó hacia el cielo. Baxter paró las orejas y fijó su mirada en unos árboles cercanos. Luego dejó botada la pelota y se lanzó a correr tras una ardilla. “Es inútil”, dijo Cosme, dejándose caer en el pasto.
“¿Qué es inútil?”, preguntó la hermana mayor de Cosme, Macarena, quien se sentó junto a él en la grama.
“Estoy tratando de entrenar a Baxter”, expresó Cody con un suspiro. “He estado tratando de enseñarle a sentarse, a dar la patita y a traer la pelota, pero estoy a punto de darme por vencido. A veces parece que ya está aprendiendo y luego, de la nada, sale corriendo detrás de una ardilla o algo así”.
“Baxter es un perro cazador, así que eso está en su naturaleza”, explicó Macarena, mirando a su hermano. “Del mismo modo, está en nuestra naturaleza hacer lo malo. De eso se trató el sermón del pastor Fernando, ¿recuerdas?”
“Sí, gracias por el recordatorio”, señaló Cosme, pensando en unas palabras crueles que le había dicho a Macarena el día anterior. El niño esperaba que Dios no sé diera por vencido con Él tan rápido como se quería dar por vencido con Baxter. “¿Crees que Dios piense que somos inútiles?”, le preguntó a su hermana.
“Por supuesto que no”, afirmó Macarena. “Jesús nos salvó del pecado y nos promete formarnos y hacernos crecer para que seamos más como Él. Y, a pesar de que habrá muchas veces en que queramos alejarnos de Él y hacer algo malo, como cuando Baxter sale corriendo detrás de las ardillas, siempre podemos volver a Él, y nos perdonará”.
Alguien tocó el hombro de Cosme. El niño se dio la vuelta y encontró a Baxter sosteniendo la pelota en su boca. Cosme sonrió y acarició la cabeza de su mascota. “¿Quieres volverlo a intentar?” El niño lanzó la pelota y Baxter salió corriendo tras ella con brincos.– DEBRA
VANDYKE
JESÚS ENTRENA A LOS CRISTIANOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 143:10
ENSÉÑAME A HACER TU VOLUNTAD, PORQUE TÚ ERES MI DIOS.
¿Sientes que eres un caso perdido, como si jamás fueras a cambiar en las cosas que haces mal? La lucha contra el pecado es parte de la vida de todo cristiano, pero ¡no te des por vencido porque Jesús jamás lo hará! Él te salvó del pecado y siempre te perdonará, sin importar cuántas veces hagas algo malo. Confía en Jesús para que te forme de tal manera que cada vez seas más como Él, porque es la única esperanza que necesitas.
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